Tras vencer a Anthony Joshua en la revancha de agosto para retener los cinturones de la AMB, la OMB y la FIB que le había arrebatado en septiembre del año pasado, Oleksandr Usyk había declarado que el único combate que le interesaba hacer a continuación era ante Tyson Fury, monarca del CMB, por el campeonato mundial indiscutible de peso pesado.

El ucraniano, sin embargo, dijo que esa pelea no sucedería hasta el año próximo porque quería tomarse el tiempo de descansar y estar junto a su familia, lo que llevó a Fury a comenzar a negociar un combate con Joshua para diciembre. Así las cosas, Usyk podría tener que buscar otro oponente si quiere regresar a inicios de 2023 y fue allí que surgió el nombre del excampeón Deontay Wilder.

"La posibilidad de enfrentar a Usyk es como música para mis oidos. Es una persona honorable, un hombre de palabra, así que espero con ansias que negociemos. Cuando se presenta la oportunidad de pelear por un título mundial, tienes que aprovecharla", dijo Wilder en diálogo con Premier Boxing Champions.

Su entrenador, Malik Scott, dijo incluso que ni siquiera Tyson Fury será un oponente tan duro para el ucraniano: "Créanme cuando les digo esto en este momento: Deontay es el único peso pesado en el mundo que pudo vencer a Oleksandr Usyk... Deontay será dos veces campeón, pero esta vez recogerá todos los cinturones", manifestó.

Quien no parece haberse tomado en serio esas palabras fue Eddie Hearn, CEO de MatchRoom Boxing que al parecer continuará trabajando con el campeón mundial unificado de cara a sus próximas peleas: "Deontay Wilder no sería capaz de ganarle ni una sola ronda a Usyk", manifestó.