No quedan dudas de que con Junior Alonso Boca compró a un futbolista de jerarquía. Una pisada que realizó en el inicio del segundo tiempo para burlar a su marcador fue la clara prueba de ello.

Sin embargo, en el análisis de los 90 minutos de fútbol que se disputaron en Mar del Plata, el paraguayo tuvo un debut para el olvido y fue para muchos el peor jugador del Xeneize en la derrota 2-0 ante Unión.

Además, Alonso fue víctima de sus palabras. Y es que en su presentación como refuerzo de Boca se había vendido como un futbolista sin fisuras: férreo en la marca, con buen juego aéreo y salida prolija de balón.

Nada de ello se vio en la noche marplatense, en la que regaló una pelota inexplicable previo al segundo gol de los santafesinos. Nada, salvo aquella pisada que no se veía hace años en un defensor del fútbol argentino y que, sin embargo, es muy poco a lo que aferrarse como ilusión.