Desde que este miércoles comenzó el torneo de verano MLS is Back, organizado por la Major League Soccer (MLS) en Walt Disney World Resorts, en Orlando, Florida, ha estado marcado por las manifestaciones en contra de la violencia racial y en memoria de aquellas personas que fueron muertas por este concepto.

 

En los tres partidos que ya se han disputado en dos días, hemos sido testigos de cómo los jugadores se arrodillan - como Colin Kaepernick - para expresar su sentir, además de usar camisetas con mensajes en contra del racismo sistemático en Estados Unidos; pero el técnico de Montreal Impact, el francés Thierry Henry, fue más lejos.

Tras el pitazo inicial del juego de su equipo ante New England Revolution, el europeo se mantuvo con su rodilla izquierda pegada en el césped y el puño derecho en alto, por un total de 8:46 minutos, la misma cantidad de tiempo que tuvieron asfixiado los policías de Minneapolis a George Floyd, causándole la muerte el pasado 25 de mayo.

Una acción que previa al juego el propio estratega había advertido que iba a realizar, en entrevista con ESPN, al señalar que "todos tenemos historias que podemos contar, pero por primera vez están involucradas otras etnias; siempre dije en el pasado, cuando sucedían cosas así, que me insultaban en el campo por el color de mi piel... Me gustaría que otras etnias de mi equipo salieran antes de que lo hiciera yo, eso sería bastante poderoso".

Lo concreto es que durante los próximos se mantendrán estas manifestaciones en contra de la violencia racial en los partidos de la MLS, contando además con la venia de la misma competición para hacerlo.