“El producto” o “The product” es el tatuaje irónico que recibió la Liga Argentina. Lo usamos para mofarnos de su insólito formato, de sus cambios permanentes de sistema y cantidad de equipos, de la ausencia de descensos, del desprecio por los presupuestos pautados, de los cheques sin fondos, de las intimaciones del TAS (y también de barras) y más. Sin embargo, ha desarrollado en el último año un beneficio que ha resultado invisible para la mayoría pero no para el seleccionador Lionel Scaloni. Su última lista de citados es el perfecto retrato. Nos referimos a la irrupción de talento joven en la elite local. Dependerá de todos los protagonistas aprovechar el momento para evitar que sea un “one hit wonder” y convertirlo en conducta.

Nadie que sienta al fútbol desde la competencia estará a favor de la suspensión de los descensos. Distorsionan. No importa si el motivo para suprimirlos temporalmente es la flechita financiera que se desprende de la pandemia. No hay causa que los justifique. Sin embargo, ha generado un efecto positivo: ese colchón permitió que Argentina recuperara un nivel de producción de promesas que no tenía desde hacía al menos una década. Hay cantidad, calidad y variedad. Será de necios mantener la política de no descensos o demorar en exceso el regreso a 20 equipos (22 me siguen pareciendo demasiados y no me apuren porque termino pidiendo 18) creyendo que esta conducta de promoción solo puede estar atada a esos factores y no a una lógica saludable de administración deportiva y financiera de las instituciones.

 

Julián Álvarez, Thiago Almada, Santiago Simón, Enzo Fernández, Exequiel Zeballos, Cristian Medina, Gastón Ávila, Matías Soulé y Federico Gómez Gerth fueron citados por Scaloni para las próximas fechas de Eliminatorias. El sentido común establece que varios de ellos ni siquiera integrarán el banco de suplentes ¿Debería importarle a sus clubes? La respuesta es no. Harán una masterclass en Ezeiza. Volverán mejores y se verán diferentes por el espejo que representarán sus compañeros. La riqueza técnica, la velocidad de reacción, incluso el consejo y otros intangibles conforman el otro beneficio invisible del que luego disfrutarán los equipos que los formaron.

Los primeros 7 mencionados en el párrafo anterior ya han debutado en Primera. Álvarez es el MVP de la Liga. Está en Modo Inevitable. Almada es el jugador más valioso de Vélez y aparece en el radar de varias entidades europeas importantes, más allá de que Atlanta United marca la pole position para llevárselo por prepotencia de cash. Santiago Simón tiene embelesado a Marcelo Gallardo. “No levanta la pelota del suelo”, remarcó en díalogo con TNT Sports. Zeballos es dueño de un uno contra uno maravilloso por elegancia y efectividad. Medina entiende el juego. Matías Soulé siempre fue visto en divisiones inferiores como un talento generacional. La patria potestad lo sacó de Vélez y lo depositó en Juventus. Gómez Gerth es un excelente proyeto de arquero desarrollado en Tigre.

Quedarse con ellos y con el factor sorpresa es alejarse de ese beneficio invisible que divisó Scaloni. La decisión del cuerpo técnico de acercarlos al predio de Ezeiza no es novedosa pero sí tan importante como infrecuente. Pablo Aimar, integrante del staff scalonista, conoce a varios de los seleccionados juveniles. Por ejemplo moldeó a Simón como mediocampista cuando se desempeñaba más como extremo.

Javier Mascherano debutó en la Selección absoluta antes que en River y es el primer resorte que emerge de nuestra memoria. Daniel Passarella inició el ciclo post Basile citando a una gran cantidad de juveniles con pocos partidos en Primera. Ariel Ortega era un consagrado y ya había disputado minutos importantes en Estados Unidos 1994. Il Daniel sumó a Javier Zanetti, Roberto Ayala, Marcelo Gallardo, Juan Pablo Sorín, entre otros. En ese momento, hizo la renovación no solo para su etapa, sino a largo plazo. La historia pondrá en valor la gestión de Passarella en el post Maradona. Con una escenografía de fondo diferente y matices similares, se trató del aprovechamiento integral de un beneficio invisible. Luego se sumaron “Kily” González, Verón, Crespo, “Piojo” López, Almeyda... No fue un one hit wonder: fue una política de estado que reportó rentabilidad bien adentrada la Era Bielsa.

Los tiempos cambiaron. No solo para desprenderse de la pelota ante la presión rival, sino en lo referente a la incorporación de talento a Primera División. Uno de los claros lastres del fútbol argentino ha sido el futbolista de relleno o jugador-falopa, para citar otra vez a Passarella. Ese que llega a un club cual golondrina, por una temporada, que no representa un activo ni deportivo ni financiero y que incluso es, algunas veces, un “acoplado” que acompaña al refuerzo que realmente había pedido el entrenador. Esa connivencia que se da entre directivos y representantes en algunos casos y un grado preocupante de desconocimiento en otros, elevó la altura de la montaña al punto de que no se distinguían promesas en el horizonte.

Eso se revirtió en el último año por contexto y por necesidad. A los citados por Scaloni podemos sumar al menos un par de casos en el 80% de los clubes que participan de la Liga Argentina. En Rosario Central tenemos a Gino Infantino, un mediocampista zurdo, hasta lujoso. Cerebral y con gol. Su documento retrata apenas 18 años. Newell's acumula tropiezos, pero luce una joya en Nicolás Castro: técnica, pegada, gol. En este Boca, nadie es más confiable ante el arco rival que Luis Vázquez. El 38 está cargado y acaba de darle a su equipo el boleto a la final de la Copa Argentina.

José López es uno de los top scorers del torneo. No solo respira gol. Que su físico no engañe: entiende cómo ser parte de un circuito. La inteligencia es uno de sus rasgos fundamentales más allá de poseer un biotipo sumamente atractivo para un país que no suele fabricar delanteros con ese corte. Banfield tiene a Juan Cruz, que marcó 7 goles en el torneo. Podemos sumar a muchos más: Alan Velasco, de Independiente; Luciano Gondou, de Sarmiento, de enorme temporada pasada en Reserva y con 6 goles en su cuenta en este certamen de Primera... Godoy Cruz puede “chapear” con Ezequiel Bullaude, uno de los mejores futbolistas de esta campaña. Unión de Santa Fe levanta la mano y muestra a Gastón González, un zurdo con gol y recorrido.

Viajamos a Florencio Varela y Defensa y Justicia presenta a Adonis Frías, uno de los mejores centrales del fútbol local desde hace un año. Independiente afianzó a Sergio Barreto. River, además de los citados, halló un comodín con beneficios múltiples en Felipe Peña Biafore. Colón, vigente campeón, cuenta con una perla como Facundo Farías. Lo mejor de esta floja versión de San Lorenzo han sido Fernández Mercau y Sabella y otros juveniles como Martegani piden pista. Talleres tiene a Rodrigo Villagra, a quien se llevó de Rosario Central con la marca registrada de su scouting. Y así podemos ir club por club, función por función, laterales, mediocampsitas box to box... Hay de todo. Quizás los arqueros sean la única estantería con varios lugares libres.. La mayoría de los nombrados tienen 21 años o menos. Y, créanme, la lista es más amplia.

Argentina está ante un beneficio invisible. Scaloni lo vio. Dependerá de los dirigentes, cuando regresen los descensos, que esta promoción de talento se traduzca en una verdadera política de estado. Mejorará a los clubes deportiva y financieramente, mejorará al fútbol argentino como producto. La televisación de la Reserva ayuda. La oportunidad está. El seleccionador ya hizo su jugada. Pinta para golazo. El Producto colaboró con su parte.