Dicen que lo importante no es llegar sino el camino, aunque en su caso sin dudas los dos tienen un valor impresionante. Lionel Messi y Argentina tuvieron que esperar para poder gritar campeón juntos, pero finalmente el día ha llegado. En lo que son sus primeras horas cómo Rey de América, te contamos de lo que tuvo que reponerse el 10 para lograr su cometido.

Debutó con la selección mayor un 17 de agosto de 2005 ante Hungría en un encuentro donde vio la roja a los pocos minutos. Lejos de desanimarse, José Pekerman le llamó para el Mundial de Alemania 2006, donde pudo marcar uno de los tantos de ese histórico 6-0 a Bosnia. La derrota por penales ante los locales en Berlín, auguraba un duro camino al éxito.

 

Probablemente vimos uno de sus puntos más altos un año más tarde, cuando en la Copa América de 2007 el Coco Basile lo juntaba con Riquelme en un equipo que dominó en tierras venezolanas hasta que se estrellara con Dani Alves y Brasil en la final. En un encuentro donde el 3-0 fue exagerado, Messi daba sus primeros pasos en firme con la selección.

Alemania y las tres finales seguidas

Maradona quería ser su amuleto en Sudáfrica, donde un equipo lleno de jóvenes que empezaban a despuntar se caería ante Die Mannschaft en cuartos con un 4-0 que significó un punto de inflexión. Messi se iba sin goles de la Copa del Mundo, pero igualmente con la esperanza de tener revancha prontamente.

Tuvo que aguantar los años más difíciles hasta su consagración de anoche. Uruguay le quitaba la Copa América disputada en Argentina allá en 2011 con unos penales en Santa Fe que dejaron huella. Mario Gotze hundía las esperanzas de un pueblo que copó el Maracaná en Brasil, mientras que Chile hacía de verdugo en Santiago y Estados Unidos. Si bien estuvo cerca de tirar la toalla, Messi aguantó los golpes para seguir luchando.

En Rusia las cosas salieron cómo salieron y si bien en la última Copa América se estuvo a un paso de jugar una nueva final, no era suficiente para el 10. De la mano de un Lionel Scaloni que habría que preguntarle cómo pudo quitarle el peso de encima, Messi consiguió tras más 15 años de frustraciones, su merecido premio con Argentina. Lo importante es el camino sí, pero también llegar a la meta para quienes su hambre de gloria es igual que su talento.