“La FIFA desea festejar los 100 años de la Copa del Mundo en Argentina y Uruguay. Eso lo confirmo. Está firmado”, Julio Humberto Grondona, 2013.

La historia de la organización de los grandes eventos deportivos suele ser como un iceberg: en la superficie se ven algunas cosas, pero mayoritariamente los eventos suceden por debajo. Argentina conoce de estos recorridos ya que tardó cuarenta años en concretar su Mundial –otorgado a una dictadura, organizado por otra- y ha fallado en varias oportunidades en su deseo de ser sede de un Juego Olímpico de verano.

La puesta en marcha de la idea 2030 podemos marcarla en el calendario en 2007, lo que nos lleva a un recorrido por nombres y apellidos que ya no ocupan esos espacios, que no detentan la misma capacidad de poder o que, directamente, ya no están entre nosotros. Joseph Blatter viajó ese año a Uruguay, donde fue agasajado por el presidente Tabaré Vázquez. Lo acompañaban las autoridades Julio Grondona (AFA), Eugenio Figueredo (AUF) y Nicolás Leoz (CSF aka Conmebol). Cuántas cosas cambiaron en quince años…

Allí le presentaron al suizo su “sueño”. la respuesta es de manual de política: “Ese sueño puede provenir de una visión y devenir en iniciativa para formalizarse en un proyecto. Pero la FIFA no puede apoyar un proyecto que por ahora es un sueño”. ¿Quieren un Mundial? Armen un plan y ganen las elecciones.

Después, las idas y venidas propias de la coyuntura. AFA aceptó la invitación de Uruguay para formar parte. Ratificó su intención en 2009, 2011 e inicios de 2014. A finales de ese año, el vicepresidente Miguel Silva la puso en duda. Julio Grondona acababa de fallecer y todavía faltaba un rato para el 38-38. Imposible proyectar a quince años cuando la incertidumbre impedía a ver a quince días.

En 2016 los que tomaron la posta fueron los presidentes de los países, antes que los de las asociaciones de fútbol. Mauricio Macri y Tabaré Vázquez anunciaron oficialmente la candidatura. Se añadió Paraguay al año siguiente por presión de Alejandro Domínguez, flamante presidente de Conmebol. En 2019 fue el turno de Chile. El proyecto cuatripartito estaba armado. Habían pasado gobiernos nacionales de distinto signo, el FIFA Gate que arrastró a parte de la dirigencia de Conmebol y hasta turbulencias internas.

Con absolutamente todas caras nuevas, fue presentado oficialmente el proyecto para que a cien años de la primera edición la Copa del Mundo vuelva a estas tierras.

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La presencia de Lammens, una señal

Los plazos con los que se trabajan las distintas candidaturas implican que las coyunturas cambian. En “Historia oral del Mundial 78”, Matías Bauso cuenta los pormenores de la organización de ese evento, confirmado días después del golpe de estado a Arturo Illia, que atravesó la autodenominada “Revolución Argentina”, los gobierno de Cámpora, Perón, Isabel Martínez de Perón y la última dictadura militar.

En este caso, cuando surgió la iniciativa el gobierno argentino presidido por Cristina Fernández de Kirchner no apoyó, ni cuestionó, la intención de organizar el Mundial. Distinto fue el caso de su sucesor, Mauricio Macri, un hombre con recorrido en el fútbol, quien le puso la cara al proyecto. Sin embargo, según el sitio chequado.com hasta septiembre de 2019, poco tiempo antes del final de su mandato, ni en Argentina, ni en los otros países organizadores, existían estudios que estimaran costos y/o beneficios de ser sede del evento.

El anuncio oficial contó con la presencia de Matías Lammens, un hombre del actual gobierno también con historia en el fútbol, lo que de alguna manera representa un espaldarazo de la política nacional a la candidatura. La continuidad del proyecto podría resistir los cambios de signo en los gobiernos.

La presentación de la candidatura en el Estadio Centenario (Getty)

La presentación de la candidatura en el Estadio Centenario (Getty)

¿A quién le toca?

La idea inicial con los mundiales, a partir de 1930, era que se organizara uno a cada lado del Atlántico. Sudamérica abrió en Uruguay y Europa siguió en Italia. Pero ese acuerdo de caballeros se rompió para 1938 cuando Francia, país de origen del presidente de FIFA Jules Rimet, se quedó con la sede. Eso molestó a las autoridades argentinas, que se negaron a mandar equipo en esa edición.

En 54-58 volvió a darse dos ediciones consecutivas en el Viejo Continente, Suiza-Suecia, pero después el equilibrio duró hasta que en Corea-Japón 2002 hicieron su aparición Asia y las sedes compartidas. Desde ahí, variedad de confederaciones: Europa (Alemania 2006) – África (Sudáfrica 2010) – Sudamérica (Brasil 2014) – Europa (Rusia 2018) – Asia (Qatar 2022) – Norteamérica (Estados Unidos, México, Canadá 2026).

 

Si nos guiáramos por la lógica, diríamos que suena extraño que dos mundiales consecutivos se jueguen en América, a pesar de la división subcontinental y de que sus países pertenecen a distintas federaciones. Pero al tratarse de la edición centenario, podría maquillarse esa excepción. La Conmebol llevó a Estados Unidos la Copa América festejo de los cien años de la entidad.

¿Es extraño un Mundial cuatripartito? Es inevitable pensar que sí. Las eliminatorias sudamericanas otorgan cuatro plazas y media. ¿Cómo hacen el resto de los países de la región? Además, la falta de sede única le quita identidad al torneo. Recordamos las viejas ediciones a partir del lugar y el año. En 2013, FIFA manifestó su intención de “no conceder los derechos de organización de la Copa Mundial a más de una asociación”. Eran otros tiempos, era otra la FIFA.

Los otros candidatos

Los rumores y versiones sobre posibles sedes aparecen constantemente. España y Portugal oficializaron conjuntamente su intención. En algún momento sonó la posibilidad de que se sumara Marruecos, quien se presentó en soledad tanto para 2026 como para 2030 y lleva varias ediciones queriendo albergar el torneo. Sus vecinos de Argelia y Túnez sondearon la chance de una propuesta conjunta.

¿Competidores en Sudamérica? Hace un par de años entablaron conversaciones Ecuador, Colombia y Perú, pero no se avanzó en esa dirección.

Reino Unido es otro que aparece con chances. Sería Inglaterra+Escocia+Gales+Irlanda del Norte. Hay más candidatos en Europa: Bulgaria, Rumania, Serbia y Grecia trabajaron para la posibilidad de un “Mundial Balcánico”. Al no avanzar esta propuesta, los griegos decidieron unirse a Egipto y a Arabia Saudita para presentar un proyecto. Sería algo todavía más inédito al tratarse de tres países de tres continentes diferentes.

Distintas fuentes a cargo de la candidatura de Argentina-Chile-Paraguay-Uruguay sostienen que no se tirarían a la pileta sin garantías de que hay agua debajo. FIFA ya empieza a recibir propuestas y desde este lado del mundo hay una ilusión que crece paso a paso.