La Selección Colombia tuvo unos minutos de mucho sufrimiento en el partido contra Paraguay, en Asunción, ya que luego de un error terrible de Dávinson Sánchez, los guaranies se pusieron en ventaja y, a un minuto de terminar el primer tiempo, Wilmar Barrios vio la tarjeta roja.

Luego de un rifirrafe con dos jugadores paraguayos, Barrios se lanzó con la espalda justo para golpear a Ángel Romero, quien fingió que le habían pegado en la cara y el juez central no dudó en mostrarle el camino a los vestuarios al volante colombiano.

Sin embargo, luego de la decisión, el VAR decidió llamar al árbitro central para que viera el video de la jugada. En principio se pensó que era para que Romero viera la roja, ya que también había golpeado a Barrios, pero al final la decisión fue quitarle la roja al 5 colombiano.

Lo que vieron los jueces del VAR es que Barrios no golpeó nunca en la cara a Romero y la agresión en la espalda no daba para que fuera expulsado del partido, si no que simplemente le mostró la amarilla. El VAR salvó de que Colombia se quedara sin su mejor jugador.