Hay fichajes que cambian para siempre la historia de un club: un ejemplo rápido es el caso André-Pierre Gignac con Tigres UANL. El Club América, hace aproximadamente 15 años, intentó romper el mercado de pases cuando buscó reforzarse con dos referentes e ídolos del Deportivo Toluca, el mejor equipo del futbol mexicano por ese entonces: Antonio Naelson y Paulo da Silva.

El mediapunta y el zaguero central eran dos de los puntos más altos de los Diablos Rojos, quienes también contaban con jugadores como José Saturnino Cardozo, Hernán Cristante o Vicente Sánchez, entre tantos otros. Por ese motivo, la directiva de las Águilas sacó la billetera e intentó convencer a los Choriceros de venderles a los elementos mencionados para enriquecer su plantilla, aunque no hubo caso.

Rafael Lebrija, presidente del Toluca entre 1997 y 2007, reveló en TUDN esta situación y aseguró que el América estaba dispuesto a invertir mucho dinero (no especificó fecha). Sin embargo, hubo alguien que frenó la transacción y se negó completamente a entregarle a un rival directo por el título a Sinha y Paulo da Silva: Valentín Diez.

El dueño del club, consciente de que podía desarmar el plantel, estancó las negociaciones. "Ahí va el honor de don Valentín (Diez), decía que quería tener a su equipo, entonces no vendía, afortunadamente tenia los recursos económicos para no tener que estar dependiendo a un jugador", apuntó Lebrija en entrevista.

A pesar de que le podría haber ingresado mucha plata, Toluca priorizó mantener a sus dos figuras que hoy en día son ídolos de la institución. De alguna forma los blindó y dejó al América con las manos vacías, algo que seguramente los aficionados de los Diablos Rojos agradecerán con el paso del tiempo.