A menudo suelen surgir historias lindas e inesperadas que nos regala el futbol. Tal es el caso de Moctezuma Serrato y su carrera llena de particularidades.

A mediados de la década del 90, el elemento se iniciaba en las Fuerzas Básicas del América. Sin embargo, no fue allí donde debutó en Primera División.

Su primer encuentro en la mayor fue con el Zacatepec, en 1998. Posteriormente, pasó por Ángeles de Puebla, una segunda etapa en Zacatepec y San Luis antes de llegar al América.

Debido al gran poderío que tenían Las Águilas en ataque, no recibió muchas oportunidades. De hecho, la afición lo recordó más por sus fallos en los solo 99 minutos que disputó en esa campaña del 2002.

De todas maneras, formó parte del equipo que se consagró ante el Necaxa ese año.

Resistido, el atacante se marchó al Real San Luis de la Segunda División, donde pudo demostrar todo su potencial y marcó la anotación del ascenso frente a Tigrillos.

Tales actuaciones le valieron la compra de Pumas. A pesar de ser criticado por su pasado americanista (algo que hasta el día de hoy no siguen tolerando las parcialidades de los dos conjuntos en cuestión), pudo ser nuevamente campeón en 2004.

Al igual que en su anterior consagración, no tuvo mucha participación y no fue parte importante del título.

Luego, se convirtió en un trotamundos: probó suerte en varias instituciones de México, Perú, Costa Rica, Argentina y Guatemala (donde se retiró en 2012, jugando para el Deportivo Coatepeque).

En 2017, otro ex-jugador (pero mucho más famoso y ganador) como Cuauhtémoc Blanco, ya como gobernador de Morelos, lo invitó a dirigir el Instituto del Deporte de Cuernavaca, cargo que desempeña actualmente.