Durante toda la semana se había anunciado que el clásico que tenían que disputar este jueves Gremio e Inter por la fase de grupos de la Copa Libertadores sería el partido más importante del fútbol brasileño en lo que va del año.
Toda la carga emocional que ello conlleva, puede jugar a favor de un gran espectáculo, pero también en contra.
En apenas dos minutos de partido, esa tensión y nerviosismo llevó a que el encuentro tuviera su primer altercado.
Una infracción contra Diego, de Gremio, generó empujones, discusión y un amontonamiento en el centro del campo.
Por suerte para el espectáculo, el árbitro del partido hizo entender a los futbolistas que había que bajar las revoluciones si no querían que el encuentro se les escapara de las manos.