Luis Miguel Rodríguez nació el 1 de enero de 1985. en la ciudad de Simoca (Tucumán). Su infancia y adolescencia no fueron lo mejor en cuanto a materia económica, pero nunca le faltó el afecto de su familia ni una pelota para jugar al fútbol.

 

Pero lo que sí le faltaba al Pulga, héroe nacional tras eliminar a Atlético Mineiro de la Copa Sudamericana y con la camiseta de Colón, eran botines. En las últimas horas, tras la hazaña del Sabalero y de observar la picardía de este tucumano al ejecutar su penal en la serie fatídica, se conoció una historia muy emotiva.

La reciente partida de su padre hace que este testimonio que el Pulga confesó hace muchos años hoy tome el carácter de actual. "El primer par de botines me los compró mi papá de la feria. Costaban 30 pesos. ¡Un sacrificio hizo! Me los trajo porque tenía la pelota y siempre rompía las zapatillas. Le dijo a mi mamá: 'Yo se los voy a comprar, después vemos cómo hacemos para comer'”.

Sí, el Rodríguez mayor priorizó la felicidad de su muchacho sobre, en ese momento, el pan que podía llevar a la mesa de su familia. Y vaya que esos botines hicieron su efecto: el hijo ahora está en los primeros planos del fútbol sudamericano. Y él, desde donde esté, disfruta de sus logros.