Cuando de politiquería se trata, debemos saber que Colombia está por encima de muchos países en el mundo y, casualmente, precisamente esta práctica la que haría viable la posibilidad de que se realice el Mundial Femenino 2023, a pesar de las bajas calificaciones de la Fifa, en todo aspecto.

La baja de Japón de la candidatura dejó solamente a las candidaturas de Colombia y a la de Australia-Nueva Zelanda como las únicas para disputarse el lugar de ser la sede del evento. Y por la forma en que se hace la elección el país sudamericano tendría ventajas.

A diferencia de la votación para el Mundial masculino, en el que participan todas las asociaciones afiliadas a la FIFA, la elección de la sede del femenino se hace en el Consejo de la entidad, que está integrado por 37 personas.

Dos de ellas no pueden participar en la votación por representar a los países candidatos: Johanna Wood, de Nueva Zelanda, y Ramón Jesurún, presidente de la Federación Colombiana. Es decir, participan 35 personas y la sede se escoge por mayoría simple, de manera que bastarían 18 votos.

La candidatura de Colombia tiene todo el respaldo de los cuatro representantes de Conmebol y también tendría el apoyo de la Uefa, que aporta siete votos, entre ellos el del presidente de esa entidad, Aleksander Ceferin.

Así que solo le bastarían a Colombia 9 votos entre las confederaciones de Concacaf (centro y norteamérica) y la CAF (África) para obtener la mayoría simple de 18 votos y ser la próxima sede del Mundial Femenino en 2023.