Argentina ya lleva 11 días de cuarentena obligatoria. El cumplimiento cada vez está más grande y la gente se concientizó de que no hay que salir para evitar la propagación del virus. Mucho tiene que ver el número de infectados que casi llega a mil y los muertos por el coronavirus son 26. Especialistas ya explicaron que se van a venir los números más altos de contagiados y que estamos cada vez más cerca del pico. Ahí empezarán a llenarse algunos hospitales y el miedo de una saturación del Sistema de Salud crece.

Pero este aislamiento obligatorio no hace que el país cambie totalmente y algunos problemas persisten. Sigue habiendo inseguridad en algunos barrios, pese al gran operativo policial. Un hecho ocurrió anoche en Lomas de Zamora y se logró frenar antes de que pudiera escapar el delicuente. No había fuerza de seguridad en la calle y aparecieron los vecinos para detener lo que estaba sucediendo.

Todo comenzó cuando un malviviente, vestido con la camiseta de la selección, interceptó a un repartidor de pizzas de 19 años. Según informó Crónica, el ladrón intentó quedarse con el celular del joven y con su bicileta, su elemento más importante de trabajo. Mientras estaba finalizando el acto delictivo, salió gente de sus casas para detenerlo y evitar que se escape. Casi lo linchan en plena Monseñor Piaggio.

Después de un rato, llegaron los efectivos policiales del Comando Patrulla (C.P.) de la zona y terminó deteniendo a Walter Alejandro de 20 años. Él fue trasladado a la comisaria 1° de Lomas de Zamora donde se encuentra detenido hasta ahora. Además de caberle el cargo por robo simple, también le levantarían cargos por romper la cuarentena. Por el momento se encuentra en el calabozo de la comisaria.

Obviamente, no se detevuo a ninguno de los vecinos que decidieron salir a la calle para socorrer a un joven trabajador. Hay que resaltar que, según informó el Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, los delitos cayeron un 89% debido al gran acatamiento de la cuarentena. De todas maneras, sigue habiendo y los principales damnificados son los repartidores de comida que siguen trabajando y que son vitales para mantener el aislamiento.