La semana fue muy complicada para el Manchester United. Perdió ante el Astana en la anteúltima fecha de la fase de grupos de la Europa League.

A pesar de que está primero en su grupo y ve de cerca los octavos de final, la derrota golpeó muy duro en el club.

La ocasión perfecta para levantar cabeza era ante Aston Villa, jugando en Old Trafford, pero la historia tampoco fue feliz.

 

El equipo de Ole Gunnar Solskjær juega muy mal y fue dominado durante todo el primer tiempo por el rival. De igual manera fue 1-1 en los primeros 45.

Ya en el complemento, los visitantes bajaron la intensidad y comenzaron a entregarle a los Diablo Rojos la posesión del balón.

En una ráfaga, la cosa se puso 2-2 y nada cambió hasta el pitazo final, con un empate que les deja gusto amargo a ambos.