Por la jornada 35 de la Premier League, Wolverhampton y Everton miden fuerzas en el Molineux Stadium; con el mexicano Raúl Jiménez como titular en el equipo local y el colombiano Yerry Mina de arranque en la visita, aunque debió salir lesionado cuando apenas se había disputado media hora de partido.

 

Al término de la primera mitad, los Wolves se fueron a los vestuarios en ventaja gracias al gol de penal que el propio Raúl Jiménez marcó en el segundo minuto de adición; marcador justo para el equipo que más había buscado.

Pero unos minutos antes de romper la sequía que traía desde la reanudación del fútbol en Inglaterra, el mexicano ya había dado una advertencia con una jugada que, si terminaba de salir, hubiera sido motivo de que se cerrara el estadio.

Jiménez recepcionó un centro que había sido peinado dentro del área por su compañero, realizó dos controles de balón para impulsarlo a la altura deseada y sacó una chilena de espaldas al arco, bien direccionada y con destino de gol.

 

 

Sin embargo, al remate del mexicano, esquinado contra el poste, le faltó la fuerza necesaria para sorprender al portero Pickford, que reaccionó rápido y pudo asegurar el balón abajo, contra su pecho. Si salía, cerrábamos todo.