Del amor al odio. De la civilización a la barbarie. De la alegría al caos. Así se puede definir lo que ocurrió la noche del domingo en París después de que Francia batiera 4-2 a Croacia en la final del Mundial de Rusia y una parte de la afición se volcara a las calles a celebrar el segundo título de este tipo en la historia del país.

En la capital, los simpatizantes coparon el Arco del Triunfo y se quedaron cantando hasta largas horas de la tarde. En la zona hubo cerca de 12 mil policías, quienes reprimieron a los manifestantes con gases lacrimógenos, aunque en principio no se supo bien por qué. Según informaron los medios locales, el operativo fue montado por temor a ataques terroristas. La Prefectura de Policía de París había decidido cerrar la Torre Eiffel y custodiar allí.

A su vez, unos treinta jóvenes saquearon en la noche francesa el Drugstore Publicis, un establecimiento comercial en la avenida de los Campos Elíseos, donde cientos de miles de personas celebraban la victoria, según constató un periodista de la AFP. Estos muchachos, algunos encapuchados, irrumpieron en la tienda de la famosa avenida parisina, y luego salieron con botellas de vino y de champán bajo el brazo, grabándose con teléfonos celulares.

La refriega duró bastante y culminó con un muerto, varios heridos y destrozos por todos lados en la mítica ciudad del país galo.