Las posadas han comenzado, estos tradicionales festejos se celebran 9 días antes de la Navidad, es decir que empiezan el 16 y finalizan el 24 de diciembre. Una celebración para pequeños y grandes, ya que hay desde ponche caliente, dulces y una piñata por romper, cuyo interior guarda buenas sorpresas. Pero una de las partes más importantes de estas celebraciones, es el momento en que se canta la letanía para pedir posada, si no te la sabes de memoría, aquí te dejamos la letra completa de sus cantos. 

Historiadores determinan que las posadas comenzaron alrededor de 1587, cuando se buscaba sustituir los festejos que los indígenas hacían en honor al dios de la guerra, Huitzilopochtli, del 7 al 26 de diciembre, fechas que coincidían con la Navidad. Fue el fraile agustino Diego Soria quien obtuvo el permiso del papa Sixto V para realizar misas y representaciones de la Natividad, estableciendo el origen de las posadas. 

 

De acuerdo a la religión, las posadas tienen como propósito recordar el peregrinar de José y María, quienes buscaban un lugar donde ella pudiera descansar y prepararse para dar a luz al Niño Jesús. Después de 9 días, alguien les cede un rincón en un establo, por lo que el Santo Niño nace en un pesebre. 

¿Cómo se pide posada en México?

Para pedir posada, los participantes, ya sean familiares, vecinos o amigos se dividen en dos grupos: los posaderos o caseros dentro de la casa y, afuera, los peregrinos con velas encendidas y las figuras de José, María, un ángel y un burro. La letanía se canta a capella, por lo que será tu momento de lucir tu voz. Cuando se les deja entrar a los peregrinos, da inicio el festejo de la posada, donde se reparten “aguinaldos” (bolsitas con dulces, fruta y colación) y por fin uno de los momentos más esperados: ¡Ya se puede romper la piñata!

Letanía para pedir posada

Afuera:

En el nombre del cielo

os pido posada,

pues no puede andar

mi esposa amada.

Adentro:

Aquí no es mesón,

sigan adelante.

Yo no puedo abrir,

no sea algún tunante.

Afuera:

No seas inhumano,

tennos caridad,

que el Dios de los cielos

te los premiará.

Adentro:

Ya se pueden ir

y no molestar,

porque si me enfado

os voy a apalear.

Afuera:

Venimos rendidos

desde Nazaret,

yo soy carpintero

de nombre José.

Adentro:

No me importa el nombre,

déjenme dormir,

pues yo ya les digo

que no hemos de abrir.

Afuera:

Posada te pide,

amado casero,

por solo una noche

la reina del cielo.

Adentro:

Pues si es una reina

quien lo solicita,

¿cómo es que de noche

anda tan solita?

Afuera:

Mi esposa es María,

es reina del cielo,

y madre va a ser

del Divino Verbo.

Adentro:

¿Eres tú José?

¿Tu esposa es María?

Entren peregrinos,

no los conocía.

Afuera:

Dios pague, señores,

vuestra caridad,

y que os colme el cielo

de felicidad.

Todos

¡Dichosa la casa

que abriga este día

a la Virgen pura,

la hermosa María!

(Los posaderos abren la puerta y dejan entrar a los peregrinos)

¡Entren santos peregrinos,

reciban este rincón,

que aunque es pobre la morada,

os la doy de corazón!

¡Cantemos con alegría

todos al considerar

que Jesús, José y María

nos vienen a visitar!