Fue hace tres semanas que se lanzó la alerta respecto de lo que se podía venir para el dueño de Phoenix Suns, Robert Sarver, y finalmente se concretó la amenaza, porque se ha revelado su actitud en contra de trabajadores del equipo, con actos de misoginia y racismo.

El reportaje realizado por la cadena ESPN, muestra con el testimonio de más de 70 personas, entre ex empleados y parte actual del personal del campeón de la Conferencia Oeste en la National Basketball Association (NBA), cómo fue que el empresario generó un "ambiente laboral tóxico" durante 17 años.

En la publicación, se detallan hechos aborrecibles protagonizados por Sarver, donde se cuenta, por ejemplo, del uso de un lenguaje racialmente insensible en las oficinas de los Suns, de conductas inapropiadas y misóginas, que incluye la exhibición de fotos íntimas a su esposa, observadas por el círculo cercano del dueño.

Denuncian a dueño de los Suns de racismo y misoginia
 

Como corolario de estas actitudes, el informe recuerda un incidente que tuvo en el 2016 con el entonces entrenador del equipo, Earl Watson, donde fue hasta el vestidor y las emprendió en contra del jugador de Golden State Warriors, Draymond Green, usando la famosa palabra despectiva hacia las personas de raza afroamericana.

Mientras un copropietario de los Suns señaló sobre Sarver que "su nivel de misoginia y racismo está más allá de los límites, es vergonzoso"; un ex ejecutivo del equipo afirmó que "no hay nada que me puedas decir sobre él desde un punto de vista misógino o racial que me sorprendería"; por su parte, un empleado de operaciones comerciales sostuvo que "si el Comisionado de la NBA (Adam Silver) entra e investiga para ver qué diablos está pasando en Phoenix, se horrorizaría".

En tanto, el empresario contrató un bufete de abogados para defenderse de las acusaciones realizadas por ESPN, negando todas y cada una de las acusaciones en su contra; lo que se suma a la defensa del director ejecutivo del equipo, Jason Rowley, quien aseveró que "esta historia es completamente escandalosa y falsa. No representa, en absoluto, al Robert Sarver con el que he trabajado durante 15 años. No es un racista y no es sexista".

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