Cómo no olvidar el nombre de Marlon Ganchozo, la joven promesa de Liga de Quito por allá en la temporada 2010. Han pasado más de diez años y su historia es como de película: ha dejado parcialmente el profesionalismo en el fútbol y se ha enmarcado en una profesión completamente distinta, repartir gaseosas.
El hombre de 32 años —quien formó parte de la plantilla de los albos cuando ganaron la Recopa Sudamericana en 2010— colgó momentáneamente los botines en época de Covid-19 y hasta la fecha trabaja en una multinacional como repartidor de sodas. “Es la forma de ganarme la vida de buena manera. Todavía no me he retirado del fútbol, pero lo he dejado a un costado”, dijo Ganchozo en un diálogo con Diario Expreso.
El exlateral de Liga de Quito además añadió que se siente feliz por la decisión que tomó pero sí aceptó que alejarse del fútbol fue una tarea complicada para él. “Para un jugador que ama lo que hace, dar un paso al costado es difícil. Gracias a Dios no estoy arrepentido de la decisión que tomé. Lo lindo es que tengo trabajo y los fines de semana juego con varios equipos en torneos de empresas y barriales”, expresó.
Ganchozo logró con Liga los títulos como la Recopa Sudamericana y el Campeonato Ecuatoriano en la campaña de 2010. Además, logró vestir los colores de Liga de Portoviejo, Deportivo Quito y Mushuc Runa.