No debió hacerlo. De seguro es lo piensan varios jugadores de Boston Celtics, personal técnico, gerencia e incluso cientos de aficionados tras lo sucedido en el Juego 2 de Las Finales de Conferencia Este de la National Basketball Association (NBA) frente a Miami Heat. Allí, los de Massachusetts perdieron por segunda ocasión consecutiva.
Una jugada específica del partido cambió por completo el panorama para Boston. Grant Williams intentó entrar en la mente de Jimmy Butler, parecía que habría intercambio, pero no sucedió nada, a menos en ese sentido. Luego, deportivamente hablando ocurrió la “catástrofe local”.
Celtics salió al tabloncillo del TD con la misión de ganar, pero no pudo hacer respetar su condición de local. Ahora, deberá ir a Miami con la serie abajo, 0-2, y plantar cara ante una versión inspirada del Heat que parece acabar con cualquiera que se interponga en su camino.
La jugada que cambió todo
Triple de Williams, celebración en la cara de Butler. En ese momento Celtics marchaba arriba en el marcador, 96-87 durante el último cuarto con 6:25 por jugar. Hubiese sido mejor que Grant no provocase a Butler, porque lo siguiente fue una pesadilla.
Posesión tras posesión, Heat “secó” a Boston ofensivamente para asaltar el TD Garden y protagonizar una remontada épica, de la mano de Jimmy. Resultado de la provocación: Heat 111 – Celtics 105, con avalancha de Miami, 24-9, para dar vuelta a la situación.
Por si fuera poco, la reacción de Butler ante la prensa fue tranquila y sin buscar problema. “Me hace centrarme mucho más y me empuja a que tengo que ganar más. Me hace sonreír… Lo respeto… Simplemente no sé si soy la mejor persona para hablar”, sentenció.