El entrenador, históricamente y por las reglas, es el personaje más descartable de un equipo de fútbol. Los jugadores se renuevan año a año, los presidentes y directivos cada cuatro temporadas, pero los directores técnicos no tienen mercados de pases. Ayer los contrataron y hoy los echaron.

En Barcelona, donde los ánimos no son los mejores después de perder LaLiga contra Real Madrid, esa situación está pasando con Quique Setién, quien llegó a mitad de temporada por reemplazo de Ernesto Valverde, quien a su vez había firmado su renovación de contrato meses antes.

Hoy el conjunto culé volvió a demostrar su peor cara y perdió en el Camp Nou contra Osasuna, que jugó la mayoría del segundo tiempo con un hombre menos. La continuidad del entrenador podría quedar sentenciada en las próximas horas. Justo en la previa del encuentro hoy había remarcado que se veía entrenando en la próxima temporada.

En El Chiringuito, en menos de los gritos eufóricos por la consagración del Real Madrid, Cristóbal Soria tiró una bomba: "Es un hecho que Setién no se sienta el domingo", dejando en claro que será despedido o renunciará antes de la Jornada 38, el final de la Liga Española.

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Además, en conferencia de prensa, el propio Setién tampoco confirmó su continuidad. Le preguntaron si estará en el banco de suplentes para dirigir la vuelta contra Napoli por los octavos de final de la Champions League y soltó: "No lo sé".