La Fórmula 1 está cargada de múltiples emociones a lo largo de sus siete décadasde historia, tanto dentro como fuera de la pista. Numerosos pilotos han logrado desfilar por la categoría, llegando a convertirse en campeones del mundo, ganar una carrera, clasificar en primera posición o simplemente trazar un paso sin pena ni gloria.
Por otro lado, existen los hombres que han marcado un legado dentro del Gran Circo, aquellos que hoy, mañana y siempre serán recordados como los más grandes entre los grandes. Gigantes de hierro que hicieron de este deporte una pieza única, y por supuesto, entre ellos se encuentra Ayrton Senna da Silva.
Con tan solo escribir su nombre, grande recuerdos llegan a la memoria de los aficionados para reeditar los tres títulos mundiales que logró alcanzar, las disputas a codo a codocontra Alain Prost. Sin embargo,es imposible no pensar en aquel 01 de mayo de 1994, el día que la F1 perdió al brasileño.
Gran legado con trágico final
Ese día, son varios los testigos que afirman que el piloto de Brasil no quería disputar el Gran Premio de San Marino en el circuito de Imola, pues tan solo 24 horas antes había perdido a su compañero de equipo Roland Ratzenberger en un accidente catastrófico, por ello, hay quiénes hoy díamantienen vivo el pensamiento de que el choque de Ayrton Senna pudo haberse evitado.
A pesar de su negativo pensamiento sobre disputar la carrera, Senna se colocó el casco, enfundó su par de guantes y subió a su monoplaza Williams para cumplir con su deber. Saber lo que pasaba por su mente es imposible de descifrar, quizá, quería culminar con un buen resultado para dedicárselo a su recién fallecido compañero, o tal vez solo quería finalizarlo más rápido posible y sacarse de encima cualquier pensamiento oscuro.
Lo cierto es que la curva Tamburello presenció cómo el impactode Ayrton Senna se hizo realidad. Allí, el piloto perdió la dirección de su monoplaza,convirtiéndose en un pasajero que no pudo hacer nada. El golpeno fue tan violento, pues muchos pensaron que podía bajarse intacto del FW16, pero no sucedió.
Ayrton Senna no se movía, los nervios comenzaron a hacer acto de presencia en los presentes en pista, desde ingenieros hasta la fanaticada, trasladando aquella sensación hacia los millones de televidentes que veían los últimos instantes de vida de una leyenda que transformó la Fórmula 1 para bien.