Sobre un mar de dudas llegaba el Bayern Munich a la casa del Wolfsburgo ya que no conocía la victoria en los últimos cuatro partidos y los cuestionamientos sobre su entrenador Nico Kovac son cada vez más sonados.

Los Bávaros comenzaron ganando el partido con relativa comodidad con dos tantos de su goleador, Robert Lewandowski, el primero a los 30 minutos y el segundo cuando recién comenzaba la etapa complementaria.

Todo se torció cuando Arjen Robben vió la segunda amarilla y se fue expulsado. Ahí los fantasmas comenzaron a sobrevolar la cabeza de los jugadores del Bayern Munich que se mostraban imprecisos y se dejaban arrinconar por los Lobos.

El descuento del Wolfsburgo llegó seis minutos más tarde y soñaba con llegar a la igualdad.

Pero no contaban con que en ese momento se encenderían dos jugadores claves del Gigante de Baviera, Thiago Alcántara y James Rodríguez.

Los dos, con su juego, le levantaron el espíritu a un alicaído equipo y entre ellos lograron convertir el tercer tanto que sentenciaba la historia, cuando el español ubicó dentro del área al colombiano que definió al palo izquierdo de Casteels.

Ahora el Bayern Munich se pondrá a pensar en el juego ante el AEK por la Champions League pero puede respirar aliviado, en gran parte, gracias a la gran actuación de James Rodríguez.