La historia de Javier Acosta sigue tocando el corazón de los hinchas, no solo a los de Millonarios, sino a todos los del Fútbol Colombiano. El joven, que, desde que nació, ha sido un ferviente seguidor de Millonarios, luchó en el último tiempo contra una fuerte enfermedad que le causó múltiples dolores, a tal punto que decidió someterse a la eutanasia el próximo viernes sobre el medio día.
Javier Acosta y una difícil decisión antes de que le practiquen la eutanasia
Pero antes del momento de su partida, tomó una decisión que llamó la atención de todos. Javier Acosta decidió regresar a su perrita, Katy, a la fundación a la que años atrás había acudido para adoptarla.
En un sentido mensaje publicado a través de la cuenta en Instagram de la Fundación Adopta un Buen Amigo Chan, aparece un video con un sentido mensaje dirigido a Javier Acosta. En este, Katy le agradece por todos los momentos compartidos. La carta tocó las fibras de quienes tuvieron la oportunidad de leerla.
La conmovedora carta
“Papito @rolomillos_13, te escribe tu negrita creída, la luz de tus ojos y tu compañera fiel, Katy”.
“Hoy solo quiero agradecerte por haberme escogido como tu compañera de aventuras, ambos nos hicimos compañía y no sé si yo te salvé a ti o tú a mí. Compartimos tantos momentos, risas, sueños, paseos en carro, los partidos de fútbol que no perdíamos sentados en el sillón de la que fue nuestra casa. También fui tu compañera de lucha, te acompañé en tus mejores, pero también en tus peores momentos, pero siempre tenías caricias para mí por más dolor que tu cuerpo tuviera”.
“Desafortunadamente hace unas semanas me explicaste lo que pasaba contigo… me hablaste para decirme que pronto ya no estarías para acompañarme al parque, nuestras tardes de fútbol se iban a acabar y tu mano, que me brindaba las mejores caricias, ya no iba a estar; me prometiste que me ibas a cuidar desde arriba… Qué irónico, pues pensé que sería yo la primera en partir. Mientras llorabas, yo entendí todo a la perfección y supe que ibas a buscar para mí un lugar hermoso para que pudiera estar mientras encuentro un nuevo humano, ojalá tan especial y amoroso como lo eres tú. Por eso regresé al lugar donde me rescataron y cuidaron hasta el día que me conociste.
¡Javi, no te reprocho nada porque no tengo nada para hacerlo! Sólo quiero agradecerte por darme los mejores años bajo el techo de nuestro hogar, por darme comida deliciosa, por las caricias suaves que me hacían dormir.
Te voy a extrañar mucho, pero prometo jamás olvidarte. Sólo te pido que mandes unos ángeles para que pronto vuelva a estar en una familia rodeada de amor”.