A lo largo de su carrera Michael Jordan fue conocido por dos cosas: ser el mejor y más intenso competidor de la historia, y ser un pésimo compañero de equipo. Y es que, quisieras o no, Su Majestad iba a tratar de meterte en tu cerebro para explotar al máximo su potencial. Si no estabas dispuesto a esto, no podías compartir vestuario con él.
Es por eso que, tras ver su documental 'The Last Dance' y ahora en retrospectiva, el Black Cat teme que las personas puedan pensar que era un tipo despiadado y malo, sobre todo por las escenas que mostraban cómo maltrataba a uno de sus compañeros a lo largo y ancho de toda la campaña:
"Cuando vean las imágenes pensarán que soy un tipo horrible. Pero tienen que entender que en esa temporada lo traté de esa forma porque necesitaba que fuera duro en los playoffs. Teníamos que enfrentarnos a Indiana, Miami y New York en la Conferencia Este. Necesitaba que fuera rudo y saber que podía contar con él. Cuando la gente vea esto, no sé si podrá entender por qué era tan intenso, por qué hice las cosas que hice, por qué actué de esa manera y por qué dije todo eso", adelantó Jordan.
Jordan entregó todo en ambos costados del tabloncillo cada vez que pisó la cancha. Fuera en práctica, partidos amistosos o las Finales de la NBA, nunca entregó menos del 110% y, en consecuencia, esperaba que los que jugaban a su lado tuvieran este mismo nivel de entrega y compromiso:
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"Mira, ganar tiene un precio. El liderazgo tiene un precio. Así que me metía con la gente cuando no querían que se metieran con ellos. Los retaba cuando no querían ser retados. Y me gané ese derecho por que todos los compañeros que vinieron después de mí no pasaron por todo lo que yo pasé. Una vez que te unías a este equipo, tenías que vivir bajo el estándar de la forma en la que yo jugaba y yo no iba a aceptar menos. Si eso significaba que tenía que patearte un poco el c*lo, entonces lo haría. Pregúntale a todos mis compañeros. Lo único que pueden decir de Michael Jordan es que nunca les pedí algo que yo no pudiera hacer", concluyó el legendario escolta.
Al final del día, la historia podrá juzgarlo o absolverlo, pero como dijo una vez Kobe Bryant: 'los amigos van y vienen, los banderines (de títulos) cuelgan para siempre'. Jordan fijó un estándar de grandeza en la NBA y el resto del deporte y por eso, siempre será el mejor de todos los tiempos.