A la hora de hablar de por qué Atlas no puede cortar la sequía de casi 70 años sin títulos en la Liga MX, uno piensa en los directivos que fueron pasando durante todos esos años. Ellos son los que toman las decisiones más importantes y muchas veces pueden equivocarse, perjudicando a la institución.

Allí aparece el caso de Facundo Barceló , un delantero que llegó a Jalisco a principios del 2019 y por determinaciones de las autoridades del club no pudo continuar demostrando todo el potencial que le sirvió para ganarse, en tan poco tiempo, la confianza de una afición tan estricta como es la de los Zorros.

En diálogo exclusivo con Bolavip, y mientras vive la pandemia en Ecuador, el jugador uruguayo recordó su breve paso por el conjunto de Guadalajara, aclaró lo dolorosa que fue su salida del equipo y actualizó que su situación actual está en Emelec, el cuadro que confió en él cuando el futbol le presentó una situación complicada por resolver.

 

- ¿Cómo llegó la posibilidad de fichar por Atlas?

Había un par de ofertas, pero analizando un poco creíamos que lo mejor era llegar a Atlas, y después el tiempo me dio la razón porque, si bien estuve solo un año, la verdad que pasé un tiempo lindo. Si bien pasé muy lindos momentos en San Martín de San Juan y en Patronato, cuando llegó la chance de llegar a México, que todos sabemos lo que implica deportiva y económicamente, me puso muy feliz. Sabía que llegaba a un club que, si bien hace años no salía campeón, podía adaptarme bien.

- Cuando entras en Atlas estaba Guillermo Hoyos como entrenador y, al rato, hay un cambio importante con Leandro Cufré reemplazándolo. ¿Te modificó en algo eso?

- La verdad que siempre cuando te lleva un técnico y en la mitad del torneo se tiene que ir es un poco complicado. Siempre llega alguien nuevo y es normal que quiera rotar un poco las cosas. Con Leandro al principio no jugué pero después terminé entrando las últimas fechas del Clausura y ya para el siguiente semestre, a partir de la cuarta y quinta fecha me tocó estar y hacer goles.

- Te ha tocado estar en un momento difícil del club. Desde 1951 no ganaba un título y encima tampoco se dieron los resultados en ese año. ¿Se sentía la presión en el ambiente?

- Te soy sincero, se siente esa necesidad del club. Yo creo que si hay algo que Atlas merece es obtener un título, por todo lo que implica, por la afición que tiene que es algo increíble, por toda la gente del club. Esa presión cada año va subiendo más y fue lo que se sentía, porque es algo que necesita para poder salir de ese estancamiento que tiene. Si gana un campeonato, sería un respiro que daría el club y volvería a pelear siempre arriba. Es la sensación que percibo yo, habiendo estado ahí adentro.

- Durante tu estadía en Atlas sumaste un total de 8 goles en 34 partidos, ¿qué balance puedes hacer sobre lo que pudiste demostrar en todo el 2019?

- Quizás los primeros seis meses había arrancado muy bien. Apenas llegué pude convertir y luego tuve la mala suerte de fracturarme un dedo de la mano. Seguí jugando, parecía que no afectaba pero sí, me dolía demasiado. En el segundo torneo, no fueron tantos goles pero sí importantes, y sumado a un rendimiento que creo que fue positivo. Sobre todo viendo la reacción de los aficionados de Atlas, que son de obligar mucho, de exigir. 

- Te tocó jugar dos veces contra Chivas, lamentablemente fueron derrotas. ¿Los clásicos de Guadalajara son tan calientes como se dicen?

-  Son partidos muy duros, muy picantes. Tuvimos la mala suerte de perder los dos, pero el ambiente que se vive es espectacular. La ciudad se paraliza. Me hubiera encantado jugarlo en el Jalisco. Hubiera sido más lindo todavía, por lo que representa la afición de Atlas.

- Tu llegas a préstamo a principios del 2019 y la directiva de Atlas tenía la oportunidad de estirarlo a fin de año o, en el mejor de los casos, comprarte la ficha. ¿Qué sucedió ahí?

- A mi se me terminaba el préstamo en diciembre y existía la opción de compra o de renovar. Después del último partido con Monterrey, tuve una charla con los dirigentes. Ellos ya se habían comunicado con mi representante, querían que yo siguiera. La idea era extender un año el contrato. Yo estaba feliz, me quería quedar, no me importaba que no me compraran sino poder seguir otro año más ahí y tratar de volver a demostrar. Me volví a Uruguay con eso y ya después empezó a ser un poco rara la cosa porque no se comunicaban conmigo. Igualmente yo viajé a México porque tenía el pasaje para volver y después de esa charla todo indicaba que íbamos a llegar a un acuerdo. Dos días antes de empezar la pretemporada, ya estaba ahí, me llaman y me dicen que al final no iban a contar conmigo, que disculpara que no se habían comunicado antes pero que habían tomado esa decisión.

- ¿Te quedó alguna bronca por cómo se dio tu salida?

- Bronca no, porque los tiempos de los dirigentes no son los de los jugadores. Sí me quedó frustración porque ya me había hecho la ilusión. La verdad estaba muy contento, la conexión con la gente era muy linda, me trataban de muy buena manera. Fue un trago muy difícil.

- Al momento de escribir tu carta de despedida en redes sociales, muchos aficionados respondieron quejándose, diciendo que la directiva dejaba ir a un gran jugador. ¿Qué te generó leer todo eso?

- El cariño que me brindó la afición de Atlas fue algo muy lindo. Sabemos que es una hinchada muy exigente, donde a veces es un poco crítica, y ver que pongan tantos comentarios lindos te deja la sensación de gratitud y de que deje mi marca por como me brindé al club.

- En ese posteo en Instagram escribes 'quizás no sea un adiós sino un hasta luego'... ¿Te gustaría en un futuro tener una revancha con los Zorros?

- Por supuesto, sin dudas que en algún momento me gustaría volver. Me sentí muy identificado con el club, pero ahora la realidad marca que estoy en Emelec y quiero estar mucho tiempo aquí. Pero si en algún momento, después de estar acá, se da la posibilidad de volver al Atlas la verdad que me encantaría.

- ¿Qué ofertas te surgieron cuando se confirmó que no continuabas en Atlas?

- Había tenido la posibilidad de volver a Argentina. Me llamó el presidente de Patronato y le agradecí pero le comuniqué que por ahí no era el momento de regresar, sobre todo por la situación económica del país. Y después, por lo que me comentó mi representante, hubo un sondeo de Vélez pero que no siguió adelante. Luego surgió esta opción de Emelec y no dudé.

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