Los partidos políticos en muchas partes del mundo están en crisis. En Perú, al menos hace 30 años años, esto se nota claramente. Ya no tienen orgnizaciones fuertes, militancia, fidelidades, ni siquiera demasiada legitimidad, lo que se ve en cada elección y propuesta política.

 

La mayoría de los partidos tradicionales como el APRA, Acción Popular o el Partido Popular Cristiano han decepcionado a sus votantes o simplemente se han ido diluyendo de a pocos. Por ello, presidentes personalistas como Fujimori fueron resaltando. De su figura, de hecho, nació el Fujimorismo como un movimiento que tomó forma de partido. 

A pesar de esta evidente (se notó en la última elección para el Congreso) poca representatividad que tienen en la sociedad, siguen siendo canal para llegar al poder, tanto al parlamentario como la Presidencia. Los debates en torno a ellos siguen en boga, más aún cuando muchos quieren usarlos para sacar ventaja electoral.

En los últimos días, congresistas como Martha Chávez, pensando en Keiko, han propuesto que los futuros candidatos solo puedan ser los fundadores de partidos. Omar Chehade, un poco más moderado, pero igual polémico, ya que piensa en Cesar Acuña, se animó a proponer que los candidatos tengan al menos una filiación de 6 meses.

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Mauricio Mulder, congresista por el APRA durante 18 años, defendió estas posiciones. Él pertenece a esta tradición política y por ello manifestó lo siguiente: "Ahora resulta que las leyes de deben adecuar para los sujetos que quieren ser presidentes sin haberse dado el trabajo de militar en un partido. El siguiente paso será eliminar los partidos".

Antes, el Aprista había apoyado abiertamente a Chehade, exnacionalista involucrado en casos de corrupción: "Caviares quieren seguir promoviendo el transfuguismo y los vientres de alquiler en la política, dado que son incapaces de formar un partido político serio. Bien Chehade al promover un minimo de 6 meses de adhesión a un partido para poder postular". La búsqueda es clara: que candidatos como Forsyth o Del Solar no puedan presentarse a pesar de, hoy, ser favoritos.