El Haka, una antigua danza de guerra maorí que se usaba tradicionalmente en el campo de batalla, se tornó en la cara de presentación de los All Blacks, el poderoso seleccionado de rugby de Nueva Zelanda. De aquellas arengas cuasi infantiles a esos furibundos gritos. De hecho, en sus inicios aquel equipo que construyó una identidad cultural para el país oceánico recibió críticas al convertirse en un himno que abraza el mundo del rugby. De un baile cultural previo al combate a una comercialización con mayoría de jugadores que no son maoríes.

Sin embargo, los All Blacks jamás dejaron de ser el equipo más poderoso y ganador del mundo. Con ello, la mercantilización se hizo presente y los neozelandeses no se opusieron. De hecho, le sacaron el jugo y se aprovecharon al máximo en una lógica en la que lo comercial se hizo carne y uña con los deportes y deportistas como puntas de lanza. Con esa premisa, ahora, Federación de Rugby de Nueva Zelanda (NZR) firmó un histórico y, a la vez, controvertido acuerdo con el fondo de inversión estadounidense Silver Lake (SL) para la explotación de los derechos comerciales de los All Blacks. Este acuerdo, aprobado en una votación con 89 votos a favor y uno en contra, pone fin a una batalla de más de dos años por esos derechos comerciales, valorados en 2.000 millones de euros, con la Asociación de Jugadores (RPA), que se oponía a este trato.

En este sentido, Stewart Mitchell, presidente de NZR, dijo que era "un momento monumental en la historia del rugby en Nueva Zelanda". Pero observadores advirtieron que este acuerdo puede amenazar el “vínculo especial” entre los neozelandeses y los All Blacks, a quienes se los considera como héroes en su país. La RPA pidió que se consideraran fuentes de inversión alternativas, incluyendo una salida a bolsa de acciones que permitiera a los pequeños inversores neozelandeses tener una participación en los All Blacks.

El acuerdo entre NZR y SL prevé la creación de una sociedad mercantil, en la que el fondo estadounidense invertirá 120 millones de euros por una participación del 5,8%. Seguido a esa primera erogación, SL ofrecerá una inversión adicional de 600.000 euros a los inversores institucionales con sede en Nueva Zelanda y la participación de ll propio fondo de inversión podría llegar a aumentar al 8,58%. CommLP, tal el nombre de esta sociedad, se encargará de controlar los ingresos procedentes de los derechos de televisión, la venta de entradas, el marketing y otras actividades comerciales relacionadas con los All Blacks.

Stephen. Evans, director ejecutivo de Silver Lake, aseguró: “Las tecnologías digitales están transformando el deporte y los medios, presentando muchas oportunidades para el rugby, y estamos listos para ayudar a aprovecharlas respetando los valores y tradiciones del juego en Nueva Zelanda”. Por ello, SL tendrá una participación del 85% en Global Rugby Opportunities (GRO), una entidad de reciente encargada de buscar nuevas “oportunidades relacionadas con el rugby” para el rugby neozelandés.

La idea de la NZR es mejorar la remuneración de los jugadores y evitar así su marcha al extranjero, apoyar el rugby de base, al rugby regional y femenino y reforzar sus propias finanzas, muy afectadas por la pandemia por el covid-19, dado que le generó pérdidas por 20 millones de euros en 2020.