No paran las imágenes que le dan la vuelta al mundo, esas que tuvieron de epicentro el estadio El Campín de Bogotá y a los barras bravas de Atlético Nacional y Santa Fe como protagonistas. Es bochornoso ver cómo las gradas del estadio fueron envueltas en un mar de patadas y puños que dejó a varios fanáticos heridos.
Ivasiones en la gramilla y huídas desde la tribuna familiar de Santa Fe tras los vándalos con camisetas de Atlético Nacional que los atacaron, un error logísitico que colocó al lado una situación al borde del colapso, tal como sucedió, se notó la falta de recursos y la “confianza” con la que las autoridades enfrentaron este partido clase A.
Las cosas no pudieron tomar un tinte más peor, lo más brutal, tal vez, es la terrible agresión que recibe un hincha de Santa Fe, un incontrolable personaje con camiseta de Nacional lo atacó a patadas, y lo siguió enfrentando hasta dejarlo detenido en el suelo. Este señor, que disfrutaba del juego, tuvo que ser trasladado de urgencia a la clínica Méderi, muy cerca de El Campín.
El primer diagnóstico presentado es un traumacraneoencefálico, según aclara El Tiempo, del que también se conoce que ya está fuera de peligro. Un suceso lamentable que no debería pasar y más en una reapertura que se tenía que vivir en paz y más con un buen clásico que acapara todas las miradas.
El resultado pasa a un segundo plano y todo se centró en lo acontenido. Revueltas, persecusiones y fuertes golpizas fue lo que se robó el show, más que el gol de Baldeomero Perlaza que le dio el triunfo a Atlético Nacional sobre Santa Fe.