En todo un caos se convirtió la previa del partido entre Atlético Nacional y Nacional de Uruguay, por la fecha 4 de la fase de grupos de la Copa Libertadores, debido a las situaciones de orden público que se presentaron en Colombia durante todo el día y que en Pereira intentaban impedir el partido.

Horas antes del encuentro, el equipo uruguayo le comunicó a la Conmebol que no tenía garantías para poder jugar ya que en las inmediaciones del hotel habían manifestaciones y todo esto, con el panorama que también existió en Barranquilla en el partido entre Junior y River Plate, era peligroso celebrar el duelo.

Finalmente, según medios uruguayos, la Conmebol amenazó con una grave sanción, si Nacional no se presentaba al partido, lo cual hizo que se tuviera que jugar y, además, correr la hora más tarde de lo que estaba pactado. Sin duda, esto cayó mal en la delegación charrúa que mostró su inconformismo dentro y fuera de la cancha.

Apenas se dio la llegada al estadio Hernán Ramírez Villegas, los jugadores de los dos equipos se enfrentaron en el túnel que da a la cancha y hubo un fuerte cruce de palabras. Y luego, en el sorteo de los capitanes vino el desahogo del capitán de los uruguayos, Gonzalo Bergessio.

El árbitro central, Diego Haro, le pidió tanto a Bergessio como a Sebastián Gómez, capitán de Atlético Nacional, que dejaran todo lo sucedido atrás y allí el argentino dijo: “Necesitamos más empatía de parte de ellos, somos todos compañeros, somos todos jugadores de fútbol”.