Con la conquista del séptimo campeonato de su historia, Golden State Warriors no sólo se consagra como el mejor equipo de la National Basketball Association (NBA), ya que se le arma un enorme rompecabezas en busca de repetir el logro en 2023, sobretodo con jugadores como Andrew Wiggins Jordan Poole.

Pero vayamos por parte. Pensando en la próxima temporada, el equipo dirigido por Steve Kerr cuenta con apenas ocho estrellas con contrato vigente, entre ellas Stephen Curry, que entra a su multimillonario acuerdoKlay Thompson y Draymond Green.

De este grupo de jugadores, tanto Poole como Wiggins entran en su último año de vínculo con los Warriors, donde el canadiense recibirá $33 millones de dólares como salario, antes de pasar a la agencia libre de NBA; mientras el joven escolta, entra al último año de su contrato de novato, siendo elegible para recibir un acuerdo máximo por $186 millones y cinco temporadas.

El dilema de los Warriors tras ganar la NBA
 

El gran problema, tal y como señalamos en Bolavip, es que si la franquicia de San Francisco decide mantener a su actual plantel, tendrían que pagar alrededor de $475 millones de dólares, por lo que si deciden tener espacio salarial para firmar refuerzos, deberán dejar partir a algunas figuras.

En ese sentido, los Warriors estarían más dispuestos a extender el vínculo con Poole, por cuatro temporadas y $100 millones, según San Francisco Chronicle, que mantener en sus filas a Wiggins, a quien no le van a faltar ofertas, sobretodo tras su desempeño en NBA Finals 2022.

Pensando en la próxima campaña, en Golden State deben saber que tendrán que pagar un altísimo impuesto de lujo, cercano a los $74 millones de dólares, números que le darán más de un dolor de cabeza al gerente general Bob Myers y la mesa ejecutiva del campeón.

Twitter: @LawMurrayTheNU

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