Transcurría los minutos finales del partido por la tercera jornada de la fase de grupos de la Champions League entre Inter de Milán y Barcelona cuando la gran polémica del encuentro tuvo al árbitro Slavko Vincic como principal protagonista. ¡“Mano, mano”!, gritaron los jugadores del Barça, pero ni el mismísimo VAR intervino.

Vincic, árbitro esloveno de 42 años, pasó a estar en el ojo del huracán por no sancionar la mano de Denzel Dumfries que le hubiese dado un penalti y la posibilidad de empatar al Barcelona sobre los minutos de adición en la derrota 1-0 con Inter. Slavko empezó a ser el principal tema de conversación en el mundo del fútbol y… ¡Oh, sorpresa! Surgieron unos antecedentes más qué polémicos sobre el referee.

Resulta y acontece que, en 2020 aquel árbitro que no le cobró la mano al Barcelona en el partido contra Inter de Milán, fue detenido por presunto tráfico de drogas y por hacer uso de una red de prostitución que dirigía Tijana Maksimovic según publicó el portal Libertad Digital, de España.

Slavko Vincic estaba en una fiesta en Bosnia-Herzegovina y fue detenido junto a otros 26 hombres por la Policía. Luego, el árbitro fue denunciado por utilizar los servicios sexuales de una red de prostitución y se le imputaron cargos por consumo de drogas y uso ilegal de armas de acuerdo al artículo publicado por Libertad Digital.

 

 

Árbitro de la polémica con el Barcelona en Champions estuvo detenido por la Policía

Después de varios juicios, Slavko Vincic fue dejado en libertad y según el diario La Razón, de España, el Comité de Árbitros de Eslovenia fue contundente a la hora de defender a su colegiado: “Estaba en el lugar equivocado y en el momento equivocado”. ¿Y qué dijo al respecto el árbitro que no le cobró la mano al Barcelona contra Inter de Milán en Champions League?

“Me encontré en esta fiesta por casualidad. Tengo mi propia empresa, estaba en Bosnia-Herzegovina para una reunión de negocios. Acepté una invitación a comer, que resultó ser mi mayor error. Lo lamento. Estaba sentado en una mesa con mi compañía, de repente vino la policía y pasó lo que pasó. No tengo nada que ver con el grupo que fue arrestado y detenido, ni con mis socios comerciales. Nos llevó la policía, declaramos como testigos y, cuando resultó que ni siquiera los conocíamos, nos dejaron marchar”, le dijo Slavko Vincic al portal Vecer, de Eslovenia.