Barcelona debía ganar y esperar a que el Real Madrid no gane para tener una chance más en la última fecha de La Liga.
Sin embargo, los de Quique Setién cayeron como locales ante el Osasuna y le sirvieron en bandeja a un Merengue que, encima, ganó ante el Villarreal.
Los de la ciudad condal suman una nueva decepción en un lustro para el olvido. Fue 2 a 1 ante un rival que les plantó cara en el Camp Nou incluso con uno menos.
Apenas un golazo de tiro libre de Lionel Messi sirvió para darle esperanza a los suyos a comienzos del segundo tiempo.
José Arnáiz había abierto el marcador en la primera mitad y Roberto Torres, en la última del partido, puso cifras finales a un encuentro que ya casi no tenía sentido.
El blaugrana debe ahora descansar y poner la cabeza en Napoli, equipo al que se medirán en busca de seguir en pie en la Champions League.