Desde el inicio, el partido le fue esquivo a Manchester City que estuvo en su peor versión en lo que va de temporada.

 

Después de irse al descanso 2-1 abajo, los de Pep Guardiola no podían empatar el encuentro y menos con acciones como las de Nicolás Otamendi.

En el comienzo del segundo tiempo, Ederson intentó salir desde abajo y se la pasó al defensor argentino, que estaba sobre el vértice del área.

 

Otamendi, con toda la displicencia del mundo, se tardó una eternidad de pasar el balón, lo durmieron y terminó en gol del Norwich.

Emiliano Buendía robó y asistió para que Pukki marque el 3-1 del dueño de casa.