Más allá del último triunfo 2-1 ante Villarreal, en Barcelona existe preocupación por el irregular inicio de temporada y por el bajo nivel que ha tenido el equipo en el terreno de juego.

Es por esta razón que Gerard Piqué convocó en una cena a los jugadores, aunque no al cuerpo técnico ni a los directivos, con la finalidad de buscar una salida a esta situación.

Cabe destacar que el defensor no se mostró conforme con algunos detalles de planificación y ya había denunciado un "exceso de viajes y kilómetros durante la pretemporada" como el principal causante de la plaga lesiones que ha habido en el equipo.

Aprovechando que el entrenamiento de este miércoles será a las seis de la tarde y que mañana el equipo tendrá día libre, Piqué decidió que desde allí todos acudan a su casa a cenar y debatir sobre el futuro de una temporada que todavía tiene todo por contar.

Desde la debacle ante el Liverpool no se había producido ninguna iniciativa de este tipo, tan necesaria para afianzar los vínculos entre los jugadores y la adaptación con los nuevos.