Primero, le informaron la mala noticia a fines del año pasado y le dijeron que no podía jugar la Copa del Mundo. Después, le comunicaron por lo que tanto había peleado: la sanción sería de seis meses y estaría en Rusia 2018. Se entrenó día y noche a las órdenes de Ricardo Gareca y hasta jugó y festejó con Flamengo. Cuando más cerca estaba de cumplir el sueño de su vida, TAS le extendió la suspensión y le cortó las piernas.

A 20 días del Mundial, Paolo Guerrero se jugó su última carta para estar en la Selección de Perú: presentó una apelación en el Tribunal Federal de Suiza para intentar suspender la inhabilitación del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

Junto al recurso presentado, la Federación Peruana de Fútbol (FPF) adjuntó una declaración de Edwin Oviedo, su presidente, donde destaca la figura del capitán y la máxima figura del fútbol peruano. 

"La FPF ha entregado una declaración jurada, en la cual resalta los valores, la trayectoria y la importancia de Paolo Guerrero como jugador de nuestra Selección Peruana de Fútbol", aseguró Oviedo. Aunque las posibilidades son mínimas, el Depreadador se jugó su última esperanza.