La visita de Marcos Rojo al Country de City Bell para ver a la Reserva de Estudiantes no pasó inadvertida. Aunque es un confeso hincha de Boca, se sabe que El Pincha es el equipo que lo formó como futbolista y que por ello es capaz de dividirle el corazón.

En culquier caso, el episodio no hubiese tenido el mismo peso si no fuera porque al defensor se le termina el vínculo con el Xeneize en diciembre y porque todavía no ha habido avances sobre una posible renovación.

Esa situación contractual generó que desde inicios de año se haya instalado en La Plata el rumor de que podría volver, incluso cuando la relación con los hinchas parecía haberse ido deteriorando desde su llegada a Boca al punto de que muchos lo recibieron con silbidos en UNO la última vez que se presentó defendiendo la azul y oro.

Desde el Consejo de Fútbol de Boca no han llamado todavía a Marcos Rojo para negociar su renovación. Nadie saldrá a decir si su presencia en City Bell cambiará algo en ese sentido. Lo más lógico es que no. Pero tras el episodio sí se supo cuáles son las intenciones de la directiva Xeneize al respecto: esperar a ver cómo continúa evolucionando de su lesión de rodilla para recién después conversar sobre su continuidad.

Según el Diario Olé, en el entorno del jugador aseguran que este tiene mucha confianza en que regresará a las canchas de la mejor manera, que no es esa su preocupación. Pero sí lo tendría inquieto ver que en Boca se está especulando con su recuperación. Si fuese por él, hace tiempo se hubiese sentado a negociar.