La gran final de la presente temporada de la Copa de la Liga Profesional de Argentina entre Estudiantes de La Plata y Vélez Sarsfield comenzó con todo en el Estadio Único Madre de Ciudades de la provincia de Santiago del Estero. Es que, tal como se imaginaba en la previa, los dos salieron al campo de juego con la idea de pasar por arriba a su rival.

Así las cosas, los encabezados estratégicamente por Gustavo Quinteros fueron quienes expusieron los mejores argumentos en los primeros minutos del partido. Sin embargo, los del barrio porteño de Liniers no fueron nada efectivos en las resoluciones y lo terminaron pagando realmente caro ante un Estudiantes mucho más contundente.

Es que, cuando transcurrían jugados 14 minutos del período inicial, el Pincha que dirige Eduardo Domínguez y que viene de dejar en el camino a uno de los máximos candidatos al títulos como Boca Juniors encontró la apertura del marcador. Eros Mancuso, con un potente y bien colorado remate de media distancia, estableció el 1-0.

Como consecuencia de ello, Estudiantes jugó con una mayor tranquilidad, manejando los tiempos y arriesgando menos. Por su parte, Vélez profundizó su actividad ofensiva y fue con todo con el objetivo de equilibrar la contienda lo más rápido posible, inclusive dejando más espacios en el fondo y exponiéndose a otro golpe.

En medio de ese panorama, la historia se complicó todavía más para Vélez cuando se desarrollaban 14 minutos de la etapa complementaria. Es que, tal como sucedió en los encuentros anteriores, los dirigidos por Quinteros se quedaron con un hombre menos en un momento realmente delicado del encuentro.

Es que Damián Fernández, defensor central del Fortín, impactó a propios y extraños con una agresión tan infantil como innecesaria. El zaguero surgido de las divisiones inferiores de Vélez le aplicó un codazo brutal a Edwuin Cetré, extremo colombiano de Estudiantes, que quedó tendido en el campo de juego envuelto en mucho dolor.

Como consecuencia de ello, Nicolás Ramírez, árbitro principal del partido, no dudó ni un segundo y le mostró la tarjeta roja al joven futbolista de 23 años de edad, que no protestó demasiado al abandonar el campo de juego. Inclusive, el juez ni siquiera fue convocado por el VAR ya que no existió ninguna duda al respecto.

De todos modos, una vez más, Vélez reaccionó de forma positiva pese a tener un jugador menos. Es que, solamente un puñado de minutos después, el ingresado Alejo Sarco, de solamente 18 años de edad, emparejó la contienda estableciendo un festejado 1-1 que hizo estallar de felicidad a todos y cada uno de los hinchas del Fortín.