Gerardo Martino llegó a la Selección de México en 2018 tras sus pasos por Newell's, Barcelona y Atlanta United y si bien en un principio el ciclo comenzó con el pie derecho, ganando la Copa de Oro de la Concacaf, su salida se dio de la peor manera posible: enemistado con la prensa, con los hinchas y eliminado en primera ronda del Mundial de Qatar.

Luego de lo que se consideró un fracaso en todo el suelo azteca por la tempranera vuelta a casa de la Copa del Mundo, el Tata presentó su renuncia y se marchó de la Selección de aquel país bajo un atroz contexto debido a esta friccionada relación con los medios y los fanáticos mexicanos.

A casi dos meses de su salida y del fin de la participación del "Tri" en Qatar 2022, Martino rompió el silencio sobre todo lo que vivió y lo que vio del fútbol mexicano y sobre esto, fue completamente crítico.

En diálogo con Radio 780 Paraguay, el rosarino soltó dardos para los encargados de administrar la liga y la selección de México: "Se nota demasiado el negocio. No estoy en contra del negocio porque de ahí vivimos nosotros y no podríamos subsistir sin él. Pero en realidad me gusta algo más equitativo. Que yo, siendo una persona que lo único que me interesa es el fútbol, tenga la capacidad de aceptar el negocio que desconozco y no sé para dónde va, pero entiendo que se necesita para que siga creciendo. Pero con un equilibrio para no dejar de lado la parte futbolística, el crecimiento de los chicos, el trabajo de divisiones menores", expresó.

Luego de la crítica, llegó el consejo que Martino dio en México para mejorar el fútbol local, donde afirmó: "Que el fútbol también tenga un plan, que no sea solamente para lucrar, ganar dinero, que el negocio florezca. Que no dejen morir la parte del fútbol, que un día se va a morir el negocio. En Europa probablemente funciona todo, en Estados Unidos también. Que se trabaje más con los juveniles y se puedan transferidos al exterior y jugar en la élite".

Foto: Getty

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Además, el Tata dio una visión rápida sobre la realidad de la Liga MX: "En México pasa algo particular: se dan ventas internas de club a club de futbolistas que valen 8 o 10 millones de dólares. Me parece que es equilibrar, escuchar a la gente de fútbol y al que sabe del negocio. Eso daña porque queda en casa y el futbolista no termina de crecer".

Por último, fue también autocrítico al hablar de su paso por la Selección: "Entiendo que debimos haber clasificado segundos en el grupo. No fue el resultado esperado, es un fracaso para nosotros porque México venía de siete mundiales clasificando a octavos de mundial y nosotros no hemos logrado, al menos, poder seguir con esa tónica y también la satisfacción de haber competido bien en el grupo”. En tierras mexicanas, sus frases no cayeron nada bien.