En el fútbol colombiano, la narrativa dominante suele girar en torno a los equipos tradicionales: Millonarios, Nacional, América, Cali. Son ellos quienes acaparan la atención, los fichajes bomba y, por supuesto, la mayoría de los títulos. Sin embargo, de vez en cuando, un equipo ‘pequeño’ irrumpe en la escena y desafía todas las expectativas.
En los últimos años, hemos presenciado algunas gestas memorables de equipos que, a priori, no tenían nada que hacer contra los ‘grandes’. En 2022, Deportivo Pereira se coronó campeón del segundo semestre tras vencer al poderoso Independiente Medellín. Un triunfo que no solo llenó de alegría a la ciudad de Pereira, sino que también puso en jaque la lógica del fútbol colombiano.
Y es que, no olvidemos, el Deportivo Pereira no es un equipo con un gran presupuesto ni con una cantera de jugadores de élite. Su éxito se basó en la entrega, el trabajo en equipo y la astucia de su entrenador. Un ejemplo de que, con trabajo y sacrificio, todo es posible.
El otro pequeño ganador
Pero el Pereira no ha sido el único equipo ‘pequeño’ en dar la sorpresa. En 2021, Deportes Tolima le arrebató el título a Millonarios en el primer semestre, dejando a la afición ‘embajadora’ con un sabor amargo. Y no contentos con eso, en 2018, los ‘pijaos’ volvieron a hacer de las suyas y derrotaron a Atlético Nacional en la final.
Estos ejemplos nos demuestran que el fútbol no es solo una cuestión de dinero y poder. La pasión, el talento y la unión de un grupo de jugadores pueden ser suficientes para tumbar a los gigantes.
Es cierto que los equipos ‘grandes’ tienen más recursos y, por ende, más posibilidades de éxito. Pero también es cierto que el fútbol es un deporte impredecible. Y ahí reside su magia.