El Campeonato Mundial de Fórmula 1 no vio acción este fin de semana, luego de lo que fue, días atrás, el Gran Premio de Australia. La afición deberá esperar ahora siete días más antes de disfrutar de la continuidad del certamen, que por ahora tiene a Ferrari como la mejor escudería, disputadas tres jornadas. La acción regresará el domingo 24 de abril, con el GP de Emilia-Romaña.

Mientras se espera por la cuarta carrera del año, la Fórmula 1 mira con preocupación lo que puede pasar con uno de los próximos GP. Y es que el 8 de mayo, está previsto que se lleve a cabo el evento en Miami, pero el mismo corre riesgo de ser suspendido. Esto, debido a un grupo de residentes del área cercana al Hard Rock Stadium, donde se encuentra ubicado el circuito. Hay una demanda en trámite que busca evitar la carrera.

El argumento que esgrimen este grupo de residentes, es el de un “ruido intolerable”, además de daños en la salud. Por ahora, se espera que un juez de Miami defina cuanto antes si se permitirá que el Gran Premio de Miami albergue la quinta fecha del Campeonato Mundial. La decisión final podría estar este lunes. El circuito está situado alrededor del estadio del Miami Dolphins, equipo del futbol americano. Además, allí suelen jugarse los Masters 100 y WTA 1000 de tenis.

Una forma de evitar la suspensión del evento, sería que la ciudad de Miami catalogue al Gran Premio como un “evento especial”. Bajo ese rótulo, se allanaría el camino desde lo legal para que se permita una mayor flexibilidad en los horarios de ruido local pactados en la ordenanza. Mientras tanto, los vecinos se manifestaron frente al Ayuntamiento de Miami Garens, con pancartas: “Fórmula 1, millones. Nuestra salud, sin precio”.

Sam Dubbin, abogado de los residentes

Mientras el juez del caso espera si la ciudad nombra o no al evento como especial, el abogado de los residentes que se oponen a la carrera, Sam Dubbin, asegura que no se debe esperar una decisión de la ciudad, y que el Gran Premio de Miami debe ser suspendido antes, ya que se pueden generar niveles de ruido que “causarán graves trastornos y daños físicos para los vecinos”.