Está claro que en los años en los que los elencos mexicanos pudieron disputar la Copa Libertadores dieron pelea como pocos y en condiciones muy desfavorables. Si bien tres elencos llegaron a la definición en distintas ediciones, ninguno se pudo consagrar.

Uno de los finalistas más destacados fue Chivas, que enfrentó al Inter de Brasil en la edición del 2010. La escuadra mexicana tuvo varios infortunios y no pudo prepararse de la mejor manera para aquel juego.

"Llegamos, nos cambiamos y salimos a la cancha sin calentar", señaló José Luis Real, el por entonces estratega del Guadalajara, sobre su atropellado arribo al Estadio Beira-Río de Porto Alegre en agosto del 2010 en un informe que realizó Mediotiempo.

"Al clásico estilo sudamericano... El partido empezó 10 minutos tarde porque a nuestro autobús lo detenían cada 10 minutos para desviarlo del camino. Decían que había barras amenazantes para impedir que el camión llegara. Tuvimos paradas obligadas y desvíos, llegamos tarde, nos cambiamos y salimos a la cancha sin un calentamiento normal. Después nos enfrentamos a un gran equipo rodeado por un escenario espectacular", detalló el Güero.

"Pensamos que querían que no llegáramos. Nos comunicamos con gente de la Federación (FMF), para que le hiciera saber eso a la Conmebol y que vieran que íbamos a llegar tarde y que no hubiera sanción", agregó.

Lo que dejó el partido de ida

El duelo de ida se disputó en el recientemente inaugurado Estadio Omnilife en pasto sintético. Eso, de acuerdo a Real, no favoreció al equipo, que terminó cayendo por 2 a 1: "Era la primera Final en su nuevo estadio y desafortunadamente para nosotros la jugamos en pasto sintético. No fue desventaja para el Inter, fue desventaja para nosotros. Nosotros habíamos jugado tres partidos antes en pasto natural. Entendíamos que Jorge Vergara quería ganar el campeonato en su estadio. Al final no nos benefició".

Con un marcador desfavorable, el cuadro mexicano viajó a Brasil, donde perdió nuevamente por 3 a 2.