Ganar con 12 es fácil. Claro, en un deporte que se juega 11 vs. 11, que un equipo tenga mayoría numérica significará que tiene la sartén por el mango y tendrá las de ganar. Y jugar contra Boca en un mata-mata es jugar contra 12, en una clara inferioridad que ya se palpita desde la previa de cada encuentro.
Es que enfrentar a Boca en un duelo donde la definición se da por penales en caso de empate, y particularmente a esta versión 2023 de Boca, es comenzar el partido sabiendo que, de tres posibles resultados en el marcador final -victoria de uno, de otro o el empate-, dos de ellos serán favorables para los de la Ribera. Y puertas adentro del equipo de Jorge Almirón, lo tienen más que claro.
Ante Racing en cuartos de final de la CONMEBOL Libertadores, el entrenador de Boca esbozó una notoria sonrisa cuando el pitazo final marcó que la serie entre argentinos se iba a definir desde los doce pasos. Claro, con un Sergio Romero haciéndose enorme en los penales llevando casi 50% de efectividad en atajadas desde la pena máxima, y el casi 90% de efectividad de los rematadores xeneizes, sobran los motivos para que esa misma sonrisa sea repetida en la cara de Jorge Almirón cuando llegaron a los penales contra Talleres.
La confianza que inspira Boca en cada tanda de penales neutraliza a los rivales, sino solo basta con ver las definiciones de Nahuel Bustos y Gastón Benavídez, los futbolistas de Talleres que erraron por metros sus definiciones en un campo de juego impecable en la ciudad de Mendoza. Es que los casi dos metros de Chiquito Romero más su capacidad para atajar remates desde los doce pasos hacen que la única manera de intentar vencer su valla es con un disparo potente contra un palo, con el riesgo de fallarlo como sucedió en el Malvinas Argentinas.
Sin embargo, Talleres no fue la única víctima de esto, ya que Palmeiras, Almagro, Racing y Nacional también lo sufrieron en los últimos tres meses en los que Boca logró un hito histórico a nivel mundial siendo el primer equipo en todo el planeta en ganar cinco series por penales en un lapso de tiempo tan acotado. Y si nos extendemos aún más en el tiempo, son 9 las llaves ganadas en las últimas 11 que disputó con definición desde los doce pasos.
Contrariamente a la clásica chicana que sale entre equipos a la hora de acusar fallos arbitrales en contra, Boca juega con 12 contra 11 en los mata-mata y no por los colegiados. Tampoco es por caer en la trillada frase de que la hinchada xeneize es el “jugador N°12” dentro de la cancha.
No, la cuestión es incluso más sencilla. Para Boca, un encuentro que tiene definición por penales supone que la propia tanda juega a su favor, convirtiéndose en un factor clave para que el club de la Ribera parezca imbatible desde los doce pasos al punto tal de ser un “jugador” más para el Xeneize. Porque en estas instancias, entre ganar, empatar y perder, dos de tres resultados son para Boca. Porque ganar con 12 es fácil.
Los datos que apoyan
- Chiquito Romero, en su corto ciclo en Boca, lleva 12 penales atajados en 26 que le patearon, teniendo una efectividad del 46% de acierto.
- Entre las cinco tandas que Boca tuvo este 2023, los ejecutantes poseen un 87% de efectividad, ya que fueron pateados 23 penales y 20 de ellos fueron convertidos. Erraron Pol Fernández vs Nacional en octavos de final de la Libertadores, Miguel Merentiel ante Almagro y Cavani contra Palmeiras. Un dominio total del punto penal.