Diego Armando Maradona dejó un legado en todo el mundo de manera indiscutible, pero sobre todo en los clubes en los que tuvo pasos como jugador o como entrenador. En una cultura totalmente distinta a la Argentina, en la otra parte del mundo, Nicolás Giménez se siente como en casa -en parte- gracias al legado que el 10 dejó en el equipo de Emiratos Árabes que dirigió de 2011 a 2012.
Con 28 años, el enganche que en Argentina supo vestir las camisetas de Nueva Chicago, Talleres, San Martín de Tucumán y Arsenal acaba de convertirse en el MVP de la liga emiratí tras coronarse campeón con el Al-Wasl. Su llegada a medio oriente se dio en plena pandemia, luego de que la misma truncara su posible arribo a River, Independiente o Racing por el parate que sufrió el fútbol argentino en aquel entonces.
Ahora, al residir en Dubái desde hace años, tiene la chance de representar la Selección de Emiratos Árabes Unidos, y no piensa dejar pasar esa oportunidad. En diálogo exclusivo con BOLAVIP, Nico Giménez cuenta la historia de cómo se volvió figura en el equipo y el país en el que Maradona es un Dios gracias a los cambios que la pandemia trajo en su vida.
Emiratos Árabes y la adaptación a una cultura totalmente distinta
-Baniyas primero y después Al-Wasl. Ya son cuatro años en Emiratos Árabes: ¿Te sentís parte del país?
–Ya recibí el pasaporte hace un tiempo y tengo nacionalidad emiratí. Sí, un poco sí. No te digo que me siento árabe, porque yo no soy igual que ellos, pero me siento agradecido con la gente que me abrió las puertas acá, me siento agradecido con el país que me dio el pasaporte, que no es muy normal que te den un pasaporte acá. Si te lo dan es porque te necesitan o porque ven que vos tenés futuro en la selección si sos jugador. Estoy agradecido al país por todo eso y por todas las experiencias que me hizo vivir. Pude conocer otro país, pude conocer otra cultura y pude viajar también por el mundo.
-¿Qué tanto te costó la adaptación?
-Te soy sincero, el primer año me costó un poquito más por temas de cultura, por ahí de no saber qué o cómo comer, cómo era el supermercado, no saber comunicarme, no saber en dónde podíamos ir a comprar cosas y más cuestiones cotidianas, porque en los supermercados acá hay más cosas musulmanas que ajenas a su cultura. Y el idioma. El idioma me costó mucho. Ellos hablan árabe y muchos hablan inglés, la mayoría habla inglés también pero se tiene como su segunda lengua. Pero después, incluso con eso, me adapté muy bien.
–¿Qué tan distinta es la cultura emiratí a la Argentina?
-Mirá… Con la comida es muy diferente, pero tienen ciertos “rituales” como nosotros con el asado. Ellos lo tienen con el cordero o con el camello por ejemplo, que lo comen con arroz y ponen todo en una bandeja o lo ponen en el medio de una alfombra, se sientan todos en el piso y agarran con la mano. En un principio me costaba, encima yo venía de Argentina en plena pandemia y era muy distinto porque acá estábamos testeados todos los días, entonces estaba permitido hacer estas reuniones, o comer con la mano. Una vez que lo naturalizás, eso es una delicia y es un lindo momento entre compañeros, como puede pasar en un asado.
-De este lado del mundo hay un estereotipo particular de cómo es medio oriente: ¿Es tal cual o es otra la realidad?
-No, la verdad que no es así. El primer año estuve en un club no tan céntrico y alrededor era como más interno: vivía solo gente árabe. Esa fue mi primera imagen de lo que era Abu Dhabi en ese momento. Ahora estoy en Dubái y es totalmente distinto. Lo que era Abu Dhabi en ese momento para mí era la burbuja esa de decir “¡uh! vivo con toda gente árabe“, porque alrededor no me veías a ninguno sin la candora. Vos veías a todos árabes, hablaban en árabe, y yo no hacía mucho más que ir a un shopping, porque tenía auto pero no conocía lugares. Después conocí Dubái y me di cuenta que no es así. Choqué muy de golpe con esa cultura que, con el paso del tiempo, pude aprender a respetarla y me acostumbré a todas esas costumbres que tienen ellos, al día a la vez, y se me hizo mucho más fácil.
La oportunidad de representar a la Selección de Emiratos Árabes Unidos y su temporada MVP
Su estadía en Emiratos Árabes lleva ya cuatro años entre Bayinas FC y Al-Wasl y sus rendimientos lo llevaron a ser uno de los jugadores más destacados de la liga local. De hecho, en el último campeonato logró ganar el título y se quedó con el MVP del certamen al sumar 19 asistencias y anotar 8 goles en 35 partidos; y estos rendimientos lo catapultaron a ser seguido por la selección nacional emiratí. Con la nacionalidad ya obtenida, Nico Giménez es conciente de la oportunidad de representar al combinado de EAU en el corto plazo.
-¿Tuviste acercamientos con la Selección de Emiratos ya?
–Por reglamento de FIFA me queda cumplir un año más como emiratí. Pero en la liga ya figuro como local, y el equipo pueda traer un jugador más que sea extranjero porque ganan ese cupo conmigo. Ahora tengo que esperar a que la FIFA dé la autorización, que no sé cuando será. Supuestamente ellos en cualquier momento de este año pueden decir si estoy habilitado o no. Tengo que esperar eso, y una vez que pase, el seleccionador me tiene que sumar a la lista y ahí ir a jugar, como en todos lados.
-Hasta hace poco más de un año el entrenador era argentino: el Vasco Arruabarrena. ¿Hablabas con él de la chance de ser seleccionado?
-Me cruzaba mucho con él y con Diego Markic, su ayudante del campo. Hablábamos de la posibilidad, después ellos dejaron la selección de común acuerdo con la directiva. Pero sí, hablábamos de un futuro. En esa fecha a mí me quedaba un poco más de tiempo y ellos me hacían saber que ya casi estaba la nacionalización y bueno, por suerte se dio pero al final se medió desde el club.
-El entrenador actual es el portugués Paulo Bento: ¿Con él también hablás de la posibilidad?
-Con él no hablé del tema. No tuve nunca una charla, me lo he cruzado por las canchas, porque siempre va a ver los partidos, pero no he charlado. No creo que él ya esté pensando en lo que puede llegar a pasar, porque él necesita resultados ahora y debe estar más metido en eso que en todo lo que pueda llegar a venir más adelante. Ahora tiene fecha FIFA, después tienen la Golds Cup. Pero bueno, cada vez me lo cruzo es un hola y chau, saludamos cordialmente, hablamos de cómo está mi club y nada más. Ojalá se pueda dar igual.
-Y ya sea con Bento o con el entrenador de turno en un año… ¿Si te llaman tenés clara tu respuesta a la selección?
–Sí, y la verdad que diría que sí. Lo que alguna vez hubiese querido era la Selección Argentina, y creo que ahora estoy lejos. Más estando en este fútbol. Acá gané un nombre en el fútbol emiratí y esa es mi realidad, estoy más para la selección de acá. Lo que tengo en mente hoy es poder llegar a jugar en una selección y será la de Emiratos.
-Contame de tu temporada MVP: ¿Qué sentiste cuándo te dieron el premio al mejor jugador de la liga?
-Yo llegué a Al-Wasl el año pasado y fue un cambio gigante que me sirvió mucho. Estaba buscando un equipo que fuera más grande para dar el salto y fue un desafío, porque el equipo es grande acá pero no se le daba el título hace 17 años. Este año la verdad es que arrasamos con todo, ganamos la liga de punta a punta y solo perdimos un partido y empatamos otro. Después en la Copa Presidente también salimos campeones. Con el diario del lunes fue un gran año como equipo y en lo personal. Se dio todo redondo, y haber cerrado la temporada con el premio como el mejor jugador de la liga es un mimo al corazón porque se dio todo lo que yo quería.
Maradona, el legado que dejó en Emiratos Árabes y ser argentino en Dubái
Diego Maradona dirigió al Al-Wasl tras su salida de la Selección Argentina, ya que estuvo desde 2011 a 2012. A pesar de haber sido el entrenador durante un año, Pelusa residió más de un lustro en Dubái y dejó un legado enorme en el club y en la ciudad, que allanó el camino para argentinos que arribaron allí en condición de futbolistas. Nico Giménez cuenta que, gracias al Diego, es tratado de manera diferencial solo por ser compatriota suyo. Además, contó detalles de lo que es ser argentino y vivir en un lugar tan lejano al autoctóno.
-¿Siguen teniendo presente a Maradona a día de hoy en Al-Wasl y en Emiratos?
-En el día a día ellos tienen a Maradona recontra presente. Lo aman en el club. La verdad que dejó una hermosa versión de él acá, porque acá cualquiera que te cruces te habla de Maradona cuando era entrenador. Hay muchos chicos que estaban con él siendo jugadores y ahora ya son managers por ejemplo, y te cuentan historias de lo que era él, de lo loco que era y lo que hacía en el entrenamiento, la verdad que estar acá como argentino es algo muy bueno por todo eso que dio él acá, por toda la imagen que dio del argentino acá. Acá estoy jugando con Gerónimo Poblete, que es el otro argentino que también está en el club, y nos tratan recontra bien, nos miman como si fuéramos hijos de él. Te dicen ellos que somos como hijos de Maradona porque somos argentinos y nos tratan de mimar todo el tiempo. Acá y en el club aman mucho a los argentinos por Maradona.
-¿Qué tanto tiene que ver el legado de Maradona con el gran éxodo de jugadores argentinos a Emiratos?
-Se culturalizó un poco todo, se argentinizó Dubái digamos, ja. Hace tres años éramos cinco y se ve que de esos cinco hicimos buen trabajo y se empezó a subir la cantidad. El segundo año éramos ocho, el tercer año éramos diez. Y ahora somos casi 14 jugadores. Los argentinos que van llegando están dejando una buena imagen que es lo que no pasaba antes. Hubo un tiempo que hasta ellos mismos nos dijeron que no confiaban en los argentinos, que confiaban más en los brasileros, porque los brasileros se adaptaban más rápido y por suerte pudimos cambiar esa dinámica y ahora hay muchos más argentinos. Yo creo que algo nos tiene caracterizado a nosotros como argentinos es que nos gusta ser grupo para todo, y acá te hablan de Diego, te hablan del Vasco y de como ellos siempre priorizaron el grupo y lo que era la persona antes que el jugador. Eso les gusta.
-¿Se les hace difícil siendo argentinos conseguir las cosas cotidianas de nuestro país? Mate, asado, dulce de leche, facturas…
-Antes no sabía dónde se conseguían esas cosas. Ahora hay una página en Instagram y por donde vas, escuchas que te quieran vender yerba. Hay una chica acá que está vendiendo facturas, sandwiches de miga, empanadas, tartas de jamón y queso, o sea todo lo que es de Argentina lo tiene esa chica. Después hay un restaurante argentino acá, una panadería, hay gente que vende yerba, que vende mates. Acá hay de todo. Donde quieras ir, comer, tomar mate y todo ya tenés ese lugar acá, con el asado lo mismo. Hasta hay un bodegón bien estilo argentino, ja.
-¿Extrañás Argentina?
-Sí, obvio que extraño. Cuando me fui, dudé muchísimo la meta que me puse de seguir acá. Después se me abrió la posibilidad de la nacionalidad y fue como: “bueno, vamos a ver qué onda, a ver cómo se puede seguir”, porque el primer año me decían que si me quedaba podía llegar a tenerla y jugar en la selección. Ahí pensé: “Bueno, acá me quedo, me nacionalizo y puedo jugar en la selección“. La Selección Argentina la veía un poco lejos, entonces se me abrió la puerta también para jugar acá. Pero sí, extrañó todo de allá. Hoy vivo acá, hoy mi vida está acá y la verdad que no me arrepiento de haber tomado esa decisión.
-¿Hasta cuándo tienes contrato ahí en el Al-Wasl?
-Me quedan este año y uno más, serían dos años.
-¿Tenés algún plan para el futuro o tu intención es renovar?
-La intención es renovar porque el año que viene se me cumplen los cinco años de FIFA, y se me da la chance de jugar en la selección. Me gustaría seguir jugando en un equipo de Dubai, porque bueno, estoy acá, estoy en el movimiento de lo que es Emiratos. Tengo el sueño de jugar en Europa, pero a mi edad, la veo muy complicada.
Su paso por el fútbol argentino: su amor por Nueva Chicago, la frustración en Talleres, el éxito en Arsenal y el interés de River
Nicolás Giménez debutó en Nueva Chicago, club del cual es hincha, en 2015 y sus buenos rendimientos personales lo llevaron a Talleres de Córdoba, donde no tuvo las oportunidades esperadas y tuvo que marcharse a préstamo a San Martín de Tucumán y Arsenal. En el Viaducto vivió los mejores momentos en Argentina y se volvió una figura y llegó a ser pretendido por River, Independiente y Racing. Sin embargo, las vueltas de la vida, como vimos, lo llevaron a Emiratos Árabes.
-¿Se te cruza por la cabeza volver al fútbol argentino? ¿O ya te ves haciendo el resto de tu carrera en Emiratos?
-Y a ver… Se me cruza volver todos los días. Veo partidos del fútbol argentino y me dan ganas de estar allá jugando. Pero la realidad es que hoy no veo más allá en mi futuro. Pienso en lo que me queda acá para seguir jugando todos los años y poder renovar. Obviamente me gustaría, pero la realidad es que hoy estoy viviendo en este país y volver a cambiar de país me costaría mucho, incluso volviendo a Argentina. Sé que me costaría bastante, porque ya tengo una vida, tengo una carrera formada acá y la verdad es que no creo que traten como me tratan acá en Argentina. Hoy estoy bien acá y en un futuro veremos, puede pasar cualquier cosa.
-¿Cómo calificás tu paso por Argentina?
-Yo creo que fue una experiencia dura. Pasé un momento complicado allá. Me costó mucho llegar a primera y después encima cuando llegué a primera tuve mi primer descenso ahí en el año que yo debuté. Después obviamente jugué en la B Nacional y me fue muy bien pero no llegamos a lograr lo que yo quería que era volver a primera con Chicago. Y en primera, en Talleres, me costó mucho también. Más que nada porque obviamente hoy siendo más grande pienso que no sé si estaba preparado o no sé si era lo que el técnico (NdR: Frank Kudelka) quería en ese momento. Siempre me hago esas dos preguntas. Después me fui cedido a San Martín de Tucumán y jugué un poco más, pero me tocó descender también.
-Y en Arsenal te volviste una de las figuras del equipo: ¿Ahí también fue duro?
-En Arsenal me tocó una alegría y pude destacarme en todo lo que era el campeonato y poder hacer lo que yo quería, que era jugar de enganche en primera división. Con el Huevo Rondina lo pude hacer, me pude destacar mi posición y me fue muy bien. La pasaba tan bien ese año en Arsenal que lo disfruté hasta el último minuto. Y después justo llegó la pandemia. Una lástima, porque creo que estaba para seguir jugando en Argentina.
-¿Tenías chances de seguir jugando en Argentina?
-Yo sabía que tenía alguna oferta en el fútbol argentino, pero con la pandemia no se pudo dar. Había tres de los equipos más grandes que me querían y quería cumplir el sueño de jugar en alguno de esos tres. Estuvimos no sé cuántos meses encerrados, casi cinco o seis meses encerrados y sin fútbol, hasta que llegó una oferta más concreta desde Emiratos. Esa parte de la pandemia fue una locura, porque tenía llamados de todos lados: de Portugal, España, de acá, de Argentina.
-¿Qué clubes te buscaban de acá de Argentina?
-Eran Racing, Independiente, que ya me quería cuando había salido de Chicago, y había un sondeo de River. Con River estábamos charlando, pero después con la pandemia se frenó todo. Justo antes de la pandemia le había hecho un gol a River y pensaba que capaz me habían puesto en la lista. Encima estaba Gallardo, y River es uno de los equipos más grandes de Argentina, quién no va a querer jugar ahí y bueno después pasó lo que pasó.
-¿Y cómo pasaste del interés de River a llegar al fútbol de Emiratos?
-Y…. llegar acá a Emiratos se dio porque me había hablado un agente que me ayudó acá el primer y segundo año y hasta ahora tengo una relación muy buena con él. Me habló por Instagram, en inglés, diciendo que quería que llegue a la liga, que él trabajaba en un club emiratí y que quería hablar con mi representante. Cuando me hablan así, siempre tengo una charla personal y después la derivo con mi representante. Ahí empezaron a negociar, mi nombre empezó a sonar acá, y empezó como una pelea entre dos equipos y terminé decidiendo por el Baniyas, que era en Abu Dhabi. Y de ahí en 2023 llegué a Al-Wasl.
-¿Fue la mejor decisión?
¿Si fue la mejor decisión? Sí, fue la mejor decisión.