Corría el año 2004 cuando un muy prometedor Anderson hizo su debut como futbolista profesional. Lo hizo defendiendo la camiseta de Gremio de Porto Alegre, ilusionando a todos y cada uno de los hinchas del mencionado conjunto brasileño.
Tan buenos fueron los rendimientos de aquel volante en Gremio que Porto, uno de los equipos más importantes de Portugal, se fijó en él. Y, luego de un paso por dicha entidad lusitana, un gigante del calibre de Manchester United pagó 25 millones de euros por su ficha.
Ya en Old Trafford, Anderson supo catapultarse como uno de los futuros mejores jugadores del mundo. Incluso, así lo llegó a denominar Ben Foster, su ex compañero en los Diablos Rojos. Sin embargo, la mala alimentación del brasileño le jugó una mala pasada.
“Anderson podría haber sido el mejor jugador del mundo en algún momento, te juro que podría haberlo hecho”, comenzó exteriorizando Foster, portero que posteriormente terminaría edificando una extensa carrera, fundamentalmente en el ascenso inglés.
Anderson en Manchester United.
“Todo el mundo diría que podría haber sido el mejor jugador del mundo en algún momento”, profundizó posteriormente Foster en declaraciones brindadas a David May, Helen Evans y Sam Homewood en un podcast denominado como “UTD Podcast”.
“Pero a él simplemente no le importaba, no le importaba nada. Honestamente, no le importaba nada”, completó Foster sobre el brasileño que posteriormente defendió los colores de Fiorentina, Internacional de Porto Alegre, Coritiba y Adana Demirspor.
De hecho, Rafael, quien también coincidió con Anderson en Manchester United, fue por la misma línea que Foster: “Se comía todo lo que le pusieran frente a él. Podíamos ir en el autobús del equipo, pasar por una estación de servicio en la autovía y escucharlo saltar y gritar de manera impulsiva: ‘¡McDonald’s, McDonald’s!'”.
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“No fue una coincidencia que su mejor forma llegara cuando tenía muchos partidos porque era cuando no podía comer tanto. Pero simplemente se comía lo que le pusieran frente a él”, profundizó el lateral derecho sobre el comportamiento de Anderson.
Y, luego, completó: “Diré algo sobre Anderson: si hubiera sido un jugador de fútbol más profesional, podría haber sido el mejor del mundo. Estoy diciendo todo esto en serio. No sé si alguna vez él se tomó algo en serio. Amaba la vida”. Contundente.
Anderson, condenado a prisión
Esta semana se conoció en Brasil que Anderson fue condenado por adeudar un total de 48 mil dólares, correspondientes al acumulado de la pensión alimenticia que debían recibir sus cuatro hijos.
De no pagar la deuda, Anderson deberá pasar un mes preso en el Instituto Penal Irmao Miguel Dário de Porto Alegre. De todas maneras, aún tiene la posibilidad de abonarle a su exesposa para que se retire el pedido de captura que comenzará a correr en los próximos días.