La ilusión con la que comenzó la temporada Universidad de Chile ganando sus dos partidos iniciales (Unión La Calera y Deportes Antofagasta) contrasta con el ánimo que impera hoy por hoy en el Centro Deportivo Azul donde se buscan respuestas para la pobre campaña del entrenador Santiago Escobar.

Pese a su abultado currículum, el colombiano era un total desconocido en nuestro país, y los más futboleros azules recordaron apenas sonó su nombre para la banca azul, que tal DT había dirigidoal Atlético Nacional cuando la U lo enfrentó en la Copa Libertadores de 2012.

El que sí lo conocía y conoce a la perfección es el gerente deportivo Luis Roggiero, el que no tuvo contrapeso a la hora de elegir al técnico para este año, y por eso se le pasa la cuenta de la contratación del cafetero, algo que pesa en este momento cuando los azules -otra vez- buscan entrenador cuando la competencia está en ejercicio y los universitarios marchan undécimos con apenas 11 puntos.

Escobar fue apuesta del ejecutivo ecuatoriano y no le salió bien, es lo que se dice en la interna, aunque esto no mancilla la buena opinión que hay de su trabajo global, es un tipo metódico, estudioso y que maneja los números al revés y al derecho, de eso nadie lo puede criticar, pero, las decisiones meramente deportivasle están pasando la cuenta.

Santiago Escobar vive sus últimos días en Universidad de Chile (Agencia Uno)

La U no quiere seguir apostando y por eso entiende el Directorio de Azul Azul que no es prudente que la elección del nuevo técnico pase única y exclusivamente por por Roggiero, no lo quieren borrar, ni excluir, sólo que no haga una nueva apuesta como la de Escobar.

A mayor abundamiento los nombres que ha acercado el gerente deportivo no dejan del todo conforme a una dirigencia que apunta a entrenadores que conozcan el medio y que tengan la capacidad de sacar adelanter a un plantel golpeado, y por eso el nombre que logra consenso es el del uruguayo Martín Lasarte.

Relevante será la conformación del nuevo Directorio donde se reemplazarán los puestos dejados por la familia Schapira, los que precisamente eran de la idea de llegar a acuerdos para la elección de entrenadores y refuerzos, algo que no se hizo en enero donde las decisiones pasaron casi exclusivamente por Roggiero.