No todo podía ser color de rosa en la jornada del último domingo, donde Universidad de Chile eliminó a Everton de Viña del Mar y se clasificó a la final de la Fase Regional de la Zona Centro Norte de la Copa Chile 2024.

Sin embargo, no todo es alegría en el equipo que dirige Gustavo Álvarez, ya que el árbitro del encuentro entre azules y ruleteros, Diego Flores Seguel, hizo potentes acusaciones en su informe.

Primero, señala que “al minuto 69 y 90 + 5 del partido, se percibe uso de bengalas por parte de simpatizantes de Universidad de Chile, ubicados en el sector de la galería sur”, algo que desde luego está prohibido.

Eso no es todo, ya que agrega la reaparición de otro artículo que no se puede usar y que el año pasado trajo muchos problemas a la U. “En el minuto 80′ de partido y durante el lanzamientos penales, se percibe uso de un láser en la galería sur, por parte de simpatizantes de Universidad de Chile”, acusa Flores.

Árbitro acusa a Marcelo Díaz

Sin embargo, la guinda de la torta viene hacia un jugador de Universidad de Chile, nada más ni nada menos que a Marcelo Díaz, capitán azul. Pues bien, se trata de algo que BOLAVIP CHILE venía comentando hace algún momento.

Y tiene que ver con que el juez señala que “a diferencia de la camiseta del jugador número 24, Sr. Antonio Díaz, la camiseta del número 21, Sr. Marcelo Díaz, no hace distinción con la inicial del primer nombre o segundo apellido como lo indica el artículo 37° de las bases”, sentencia el enunciado.

Vale recordar, que ante la coincidencia de apellidos, la regla señala que se debe diferenciar con la inicial del nombre antes o la inicial del apellido materno. El ex O’Higgins se puso en la camiseta “Díaz C.” por Díaz Campos, mientras que el Chelo siguió con “Díaz”.

El informe de Diego Flores (Captura)

¿Se expone la U a sanciones?

En el mismo artículo, se señala que desde luego podría haber una reprimenda en este caso al club universitario, pero esta no sería deportiva, si no, económica y ascendería a 20 Unidades de Fomento (UF), algo así como unos 750 mil pesos. Algo, que debe determinar el Tribunal de Disciplina.