Nairo Quintana es una gloria del deporte colombiano, sus gestas en el ciclismo son de admirar y le han hecho en un puesto de honor en el mundo. Ya ha ganado Vuelta a España y Giro de Italia, y ha logrado varios podios en los últimos años en el Tour de Francia.

Es uno de los que se roba las miradas en el pelotón internacional y ahora mucho más, ya que cuando más se le daba aislado, Nairo Quintana apareció con su potencia en la escalada en Los Alpes para ratificar de su preparación y gran nivel. Su ascenso en el Col du Granon, mítico puerto fuera de categoría de la carrera francesa, es muestra de ello.

Cuando más esforzaba, el apoyo alrededor se hacía notar. Sus compatriotas aparecieron con banderas y elogios y con ánimo para que siguiera descontando tiempo, en una dramática etapa 11 que dejó a Jonas Vingegaard por encima de Tadej Pogacar y en el que no asomaba la picardía colombiana en carretera.

No podía ser nadie, sino él, para que el ciclismo colombiano reapareciera en el mapa. Habrá Nairo Quintana para rato, de esas lindas sorpresas que da el ciclismo.