El pasado sábado, en medio del partido entre Dinamarca y Finlandia, por la primera fecha de la fase de grupos de la Eurocopa de Naciones, el mundo del fútbol vivió un susto enorme luego de ver como Christian Eriksen se desplomó en la cancha, poco antes de recibir un saque de banda y quedar completamente inmóvil en el piso.

La rápida reacción del capitán del equipo danés,Simon Kjaer, quien evitó que se comiera la lengua y lo puso de costado, y del servicio de cuerpo médico en el estadio, evitó lo que todos temimos en un momento y finalmente el jugador del Inter de Milán salió consciente del estadio rumbo a un hospital cercano.

Sin embargo, Martin Boesen, uno de los médicosque atendió la emergencia en la cancha, contó que el jugador llegó a estar muerto en la cancha y que de no ser por el desfibrilador con el que contaban los galenos, Eriksen probablemente habría perdido la vida ya que su corazón dejó de latir.

“No voy a contar ningún detalle sobre su estado, voy a contar lo que vimos. Cuando llegamos, Christian estaba inconsciente. Se encontraba acostado de lado y respiraba. Inicialmente pude sentir un latido del corazón. Pero de repente se detuvo e inmediatamente comenzamos la reanimación”, contó Boesen.

El médico también quiso destacar la buena colaboración que hubo con los sanitarios de la UEFA: “El equipo médico actuó rápidamente. Trabajamos juntos e hicimos lo que teníamos que hacer para lograr reanimar a Christian. Antes de que lo llevaran al hospital ya hablaba”.