Cuando parece que en el boxeo ya está todo visto, aparece una sorpresa más que descoloca a todos los amantes del deporte. Este sábado 21 de septiembre, en el estadio Wembley se enfrentaron Anthony Joshua y Daniel Dubois para encontrar al monarca de los pesos pesados de la FIB y, aunque en los papeles previos el máximo favorito a quedarse con el enfrentamiento era AJ, sucedió todo lo contrario a lo que se esperaba y quedó una imagen que dará la vuelta al mundo durante días.

Desde el inicio del combate se pudo notar una gran diferencia en la concentración de un boxeador y el otro. Por parte de Dubois se percibió una atención especial, digna del momento que estaba viviendo, mientras que a Joshua se lo notaba perdido, desorientado, como si tuviese los pensamientos en otro lugar.

Eso salió a relucir desde muy temprano, ya que Dubois presionó, acortó los espacios en el cuadrilátero e incomodó constantemente a Anthony desde la distancia corta y lo llevó a la lona en un par de oportunidades.

Todo el mundo estaba sorprendido, pero lo que se estaba viendo era una realidad: Dubois dominaba a Joshua y el nocaut estaba al caer. Fue así que solo bastó esperar hasta el quinto asalto para que, tras una buena combinación de Anthony que parecía poner a tambalear a Daniel, Dubois se recuperó, sacó un cross de derecha espectacular y durmió a un gigante.

Así fue el brutal nocaut que le regaló Daniel Dubois a Anthony Joshua en Wembley.

Automáticamente el árbitro se acercó para realizar la respectiva cuenta hasta 10 y Joshua intentaba ponerse de pie de manera desesperada, pero sin éxito. En uno de los tantos esfuerzos que hizo en pocos segundos, terminó quedando cabeza para abajo producto del claro mareo y aturdimiento que llevaba encima.

El juez dio por finalizada la contienda después de ver que Joshua no se iba a recuperar ni aunque le cuenten hasta 500 y todo Wembley estalló en un grito de sorpresa mientras veía como Dubois festejaba ante la vista de las 96.000 personas que se hicieron presentes en Londres.